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La comarca perdió 30 oficinas bancarias desde la crisis de 2008 y el cierre de entidades continúa

Sucursales bancarias en la Avenida Montero Ríos, en Cangas. | // SANTOS ÁLVAREZ

La comarca de O Morrazo contaba, en el año 2008, con 58 oficinas bancarias operativas a lo largo de todo su territorio. El comienzo de la pasada crisis económica, que derivó en procesos de fusiones de entidades financieras, inició un proceso de cierre que no se ha detenido. Ahora mismo son solo 28 las oficinas en funcionamiento y a lo largo de las próximas semanas quedarán en 27. En 2019 la cifra se situaba en 31 entidades con despachos en O Morrazo; en 2014, pasada ya la gran crisis, todavía quedaban 39 oficinas. Ahora, con las dificultades económicas surgidas de las medidas contra la pandemia de COVID-19, se temen todavía más cierres.

Por municipios, Marín pasó de 19 oficinas de bancos en 2008 y cajas de ahorros a solo 8 en la actualidad. Cangas pasó de 17 a apenas 9 oficinas y Moaña de 13 a solo 6 entidades en su territorio.

Bueu, por su parte, tenía 10 bancos en el año 2003, 9 en 2008 y apenas 5 oficinas en estos momentos, con los contratiempos que todo ello implica para la realización de gestiones, con desplazamientos más largos para los clientes.

De las 28 sucursales que quedan abiertas en la comarca, todas son entidades de ahorro, sin que quede abierta ninguna caja de ahorros, una figura prácticamente desaparecida durante el proceso de fusiones y rescates ocurrido hace ya una década. Antes de la crisis financiera de 2008, existían en la comarca de O Morrazo 29 despachos de cajas de ahorros.

La comarca no escapa por lo tanto a una tendencia de cierre de oficinas bancarias que se vive en toda España. Solo en Galicia desde 2008 han echado el cierre 1.300 despachos de entidades financieras, pasando de los 2.534 con los que la comunidad encaraba la pasada crisis a los 1.234 que mantienen actualmente sus puertas abiertas.

Petición a la Xunta

El problema no parece haber finalizado, como pone de manifiesto la próxima clausura de una oficina en el centro de Moaña.

Ayer la alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, el diputado moañés del BNG, Paulo Ríos, y otros miembros del gobierno local llamaron la atención sobre el próximo cierre de la oficina que se suma a la desaparición de despachos, en los últimos años, en el centro de la parroquia de Meira y en un barrio tan poblado como O Real.

Desde el BNG alertan del riesgo de centralizar la atención a clientes en plena pandemia. “No hay capacidad para acoger a todos los usuarios de la oficina”. En este municipio ya solo quedan oficinas bancarias en el casco urbano, con excepción de una en el centro de la parroquia de Domaio.

“Para el Concello también supone un lastre en la atención a los vecinos ya que desde hace dos años la oficina del ORAL se mudó a la calle As Barxas por tener cerca una sucursal bancaria, que facilitaba el pago de tasas y la realización de distintas gestiones”.

El problema en Galicia afecta especialmente “a las personas que no tienen las competencias suficientes para gestionar la banca desde el móvil o en los cajeros automáticos”, de ahí que los nacionalistas lleven el asunto al pleno de Parlamento autonómico.

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