Las obras de la fase final del Camiño Real, que se están prolongando más de lo previsto por distintas razones como la sucesión de temporales de este invierno, vuelven a generar quejas vecinales en la zona alta del proyecto, concretamente en el barrio de Vilela (Tirán). En esta ocasión la razón es mucho más llamativa que en quejas anteriores y se trata de la instalación, la pasada semana, de dos canastas para jugar al baloncesto en sendos cruces de caminos de la vía pública.
Una de ellas se ubica cerca del cruce que sale a la PO-551 a la altura del supermercado Lidl, en un cruce de caminos con el vial que comunica con Santo Domingo, todavía en Cangas. La otra, en Vilela, se ubica tras el cruce que entra frente a la finca de Castroviejo.
Vecinos de la zona aseguran no comprender la ubicación escogida y alertan de que, además de llamar a jugar en un camino asfaltado, “los balones que no se encesten van directamente a una finca privada. Lo lógico hubiese sido otra ubicación sin estos problemas”.
Residentes en la zona han presentado escritos al respecto al Concello por esta y otras quejas alrededor del resultado final del recuperado Camiño Real. “Queremos que se respete la convivencia vecinal”, alegan”.
Y es que en estos barrios ya se habían levantado quejas por convertir en dirección única las cuatro salidas hacia la PO-551 y entradas desde la misma.
El concejal de Mobilidade, Rodrigo Currás, reconoce las reticencias vecinales por las canastas y alega que “ya estaban en el proyecto inicial, que se aprobó antes de llegar yo al cargo y con mucho consenso vecinal, pues se debatió durante años. Yo me encargo de gestionar su puesta en marcha”.
Currás asegura que lo único que se pretende es asentar el Camiño Real como una vía de esparcimiento y ocio, pensada para viandantes y ciclistas más que para coches. El edil solicita que se aguarde al funcionamiento final de la vía antes de reclamar estos cambios.
