Las quejas de los vecinos del barrio de Samertolaméu, en la parroquia moañesa de Meira, desde comienzos de año para pedir que se retiren las nuevas señales que prohíben circular en coche por la Estrada de Ribeira, paralela a la playa de O Arnado, han sumado ayer a múltiples colectivos en esta misma demanda. La Asociación de Veciños NovaMeira, que había iniciado las solicitudes de cambio al Concello, contó ayer con el apoyo de la asociación de bateeiros Rianosa, de la Cofradía de Pescadores, de la Sociedade Deportiva Samertolaméu y de la comisión de fiestas.

Ayer mantuvieron una reunión en la entrada a la que pasa por ser la vía principal de salida desde Samertolaméu hacia la carretera general PO-551. Unen sus fuerzas para volver a exigir la retirada de las señales que impiden atravesar la calle con vehículos a motor los sábados, domingos y festivos.

El portavoz del colectivo vecinal, Pablo Piñeiro, explica que “debido a la pandemia, estamos dispuestos a que si algún domingo hay muchos viandantes se corte el tráfico puntualmente, pero no queremos que quede así todo el año, porque entendemos que existe espacio suficiente en la acera para pasear y los vecinos no podemos quedar sin la principal salida hacia el centro de Moaña. Ahora, para ir al casco urbano en fin de semana, tenemos que dar un rodeo por A Porta do Sol”, alega.

Los concentrados esperan un entendimiento con el Concello para resolver el problema y alegan que esta carretera no puede quedar cerrada hasta que no se construya “un acceso en condiciones” al entorno de la antigua isla de Samertolaméu.

Señalan también que entre los perjudicados están los deportistas del club de remo e incluso el sector profesional ligado al mar. “Los sábados no suele haber actividad en el muelle de Meira, pero si un día necesita entrar un camión no tiene por donde salir a la general sin saltarse una señal de prohibido”, apunta Piñeiro.

Asimismo, recuerdan que ofrecieron la opción de marcar el aparcamiento sobre la acera derecha de la Estrada de Ribeira, mucho más ancha que la pegada a la playa, para delimitar más espacio para los peatones, “pero no obtuvimos una respuesta a esta aportación”.

Las limitaciones al tráfico en este entorno de la playa de O Arnado, junto al tramo final de la calle Concepción Arenal, fueron algunas de las medidas adoptadas por el gobierno local en materia de movilidad a raíz de la pandemia de COVID-19, para garantizar espacio de paseo que permita mantener la distancia social y reducir el riesgo de contagios.