Ahora que los actos del 8-M con motivo del Día de la Mujer Trabajadora centran las portadas informativas, el investigador sobre los orígenes de Moaña Manuel Uxío García, ha recopilado en un libro la historia de 51 mujeres destacadas en este municipio, entre los siglos XII y XIX, fruto de los muchos años de indagación para sus trabajos históricos. “Mulleres senlleiras que residiron en Moaña (séculos XII a XIX)” sale a la luz estos días, editado con la colaboración del Concello y de la Asociación de Mulleres de Moaña.

Enfrente de la casa del investigador, en el barrio de O Cruceiro, en San Martiño, una pequeña antigua vivienda de piedra sigue siendo testimonio de la historia de una de estas mujeres destacadas, Liberata García. Esta mujer murió soltera en 1856, a los 80 años, sin conocer si su hijo, que un buen día embarcó en la Marina de guerra, estaba vivo o muerto tras más de veinte años desde su marcha y sin tener noticias suyas. Ella, al morir, legó sus propiedades a su convecino Benito Jáuregui. Y cuando se trató de conocer el motivo, se comprobó que esta pobre mujer, en el año 1851, hizo una escritura de donación de los bienes reservándose el usufructo mientras viviera. Su convecino, con su mujer Francisca Paz y familia, viéndola sola y desamparada sin que nadie la cuidara, empezaron a atenderla y ella les entregó en escritura “una casa terreña de su habitación en el lugar que llaman Crucero, con la circunstancia y obligación de cuidar y socorrer en lo que puedan y caso preciso ayudarla a trabajar dichos bienes no pudiendo hacerlo por sí la sobredicha”. Precisa que si llegase el momento de que su hijo José Inocencio regresara y reclamase su herencia, se la dejaran íntegramente, cobrándose Benito Jáuregui y familia todos los gastos y suplementos hechos a su favor.

Son historias, algunas de abolengo y otras no, que forman la vida de Moaña a lo largo de ocho siglos a través de estas mujeres que seleccionó Manuel Uxío García. El relato comienza con Constanza de Meira y su marido, el conde Varela, que recibió del rey de León y Galicia, Fernando II, el denominado Couto de Meira, en O Morrazo.

Manuel Uxío García con el libro en su casa de O Cruceiro.

De la aristocracia era Tareixa Bermúdez, familiar del rey Fernando II, que se casó con Fernando Arias y por sus méritos en la guerra contra los moros, recibieron una herencia real en el lugar de Sabaceda, que está en el origen de la construcción de la iglesia de San Martiño.

Otras mujeres

En la relación figuran también Ignés Eans (año 1347), patrona de la iglesia de San Martiño; María Eans, de Verducedo, que en 1361 mandó redactar el primer testamento conocido de una moañesa; la mujer de Alonso González de Moaña, que quedó desfavorecida en el testamento que otorgó su marido en 1466 y que se conserva en la Rectoral. También nombra a María de Meira, abuela de Juan de Meira “O Mozo” que citó en un juicio que cuando su abuela se encontraba recién casada (entre el XIV y XV) ya existía la torre de Meira.

La relación prosigue con Tareixa Broullón que cita por primera vez a las cofradías de San Martiño y San Xoán de Tirán; Constanza López Romaní, que vive en la Casa y Granxa do Rosal; Catalina Vázquez, mujer soltera de Sabaceda que fue la causante de que durante la visita pastoral de 1652, el visitador propusiera al arzobispo que el párroco de Moaña no volviera a decir misa en el Rosal y evitar que se juntara con ella. María de Nogueira que tuvo un hijo con el cura portugués Manuel Sequeiros; una esclava negra con un niño de tres años que fue mandada vender por el visitador del año1652 l párroco de Moaña al vivir en la rectoral; Mariana de Valcárcel, que se casó con el Señor do Rosal, pasando a administrar desde Moaña todo su rico patrimonio en Lugo, en donde existe un escudo en una vivienda con iguales características al del Rosal. También están Isabel Piñeiro, que ocupó cargos reservados a hombres; la campesina Dominga Vázquez, muy pobre, cuyo hijo emigró a América e hizo fortuna mandando dinero para la iglesia de San Martiño; la criada de la casa de Paxarín Antonia dos Santos, que se casa con el viudo; la joven soltera de Meira, Dominga de Meira, que tuvo una hija de soltera y que firmó un convenio de apartamento con el padre; Ana de Quintáns, que consiguió encarcelar a Domingo de Nogueira por no querer casarse con ella; Úrsula Núñez, de Meira, que incitó a un hijo y un sobrino a dar una páliza a un vecino; Jacinta de Meira, Josefa de Avalle, primera mujer que heredó el vínculo y morgado do Foxón, en Tirán; las siete panaderas que crearon una asociación para vender el pan a Vigo y que fueron denunciadas por 42 hombres, la III duquesa de Atrisco, Magdalena Mariño, Mariana do Pazo, que tiene parte en los barcos del transporte a Vigo; María Belo Riobóo, Elena Eulalia Santos, Dominga de Galicia, Josefa de Santos; María Luisa y Magdalena Quintán, Francisca del Río, Manuela Saavedra, Francisca Antonia dos Santos, Concepción Costas de Arce, Serafina Rubiños, Manuela de Meira, Josefa da Pena, Ana Rodríguez, María del Rosario Costas, María Manuel Costa y las hermanas del almirante Méndez Núñez, Soledad y Cayetana, todas ellas con una historia detrás..