El PSOE lleva al Parlamento gallego el proyecto de senda peatonal por el lado del litoral que deberá unir las parroquias de Meira y Domaio, en Moaña, que están separadas por un tramo de la carretera general (PO-551) sin espacio de ningún tipo para peatones. La diputada socialista Leticia Gallego explicó ayer a representantes de las asociaciones vecinales –Monte Faro y NovaMeira– la batería de preguntas y la proposición no de ley que llevará a la cámara gallega exigiendo a la Consellería de Infraestruturas la adjudicación, dentro del primer semestre de este año, de la senda peatonal y ciclista comprometida. Lamentó, además, que la mayoría del PP en el Parlamento rechazase “las enmiendas a los presupuestos de la Xunta que incluían esta inversión entre otras”.

En la visita a la zona sobre la que se construirá la senda, la portavoz municipal del PSOE y teniente de alcalde, Marta Freire, recordó que esta actuación fue incluida en 2017 por la Xunta en el Plan de Sendas do Morrazo y que fue sometida a información pública ya en el año 2018. “Desde entonces han pasado tres años y no se ha movido nada al respecto. Se trata de una demanda vecinal de las dos parroquias que se remonta a hace una década”, alega.

La diputada Leticia Gallego, por su parte, considera “intolerable” el retraso “cuando se están construyendo sendas en otros municipios del entorno” y alerta de que los fondos europeos para este plan “caducan a finales de este año. Podría meterse en un paquete de fondos posterior, pero sería un nuevo retraso”.

Freire añadió que “no se trata de un paseo o zona de ocio, sino de unir de forma peatonal las dos parroquias. Además, con la pandemia quedó patente que son necesarios espacios amplios para caminar guardando las distancias”.

Preguntados por la situación de la tramitación de esta obra, desde la Consellería de Infraestruturas aseguraron ayer que trabajan con la previsión de licitar las obras en los próximos meses y que se financiará con fondos europeos del programa “REACT-EU”.

Mal estado de las aceras en la zona urbana de Meira. / G.N.

Desde la Asociación de Veciños de Domaio, Luis Varela explica que “tenemos un compromiso de que se ejecutará esta senda. Creíamos que se iba a meter dentro de la mejora del TCA de la carretera, pero estamos viendo que no es así”. Pablo Piñeiro, de NovaMeira, insiste en que la demanda de unir las dos parroquias es “histórica” y sobre el tramo urbano de Meira exige un arreglo de las aceras de la PO-551 “que no se pueden usar, con tramos rotos e inviables para circular con una silla de ruedas. Se construyeron hace 35 años con impuestos especiales que pagaron los vecinos y es necesario renovarlas”.

1,5 kilómetros

La senda proyectada por la Xunta unirá la marquesina de Isamil con la zona de A Cerradiña. Tendrá alrededor de 1,5 kilómetros en línea recta, entre los puntos kilométricos 29+450 y 30+900 de la carretera general. El gran desnivel de los terrenos hace que el proyecto inicial contemple ejecutarla en 15 tramos distintos. Cinco serán en voladizo sobre el mar, al no ser posible realizar el movimiento de tierras necesario para disponer de la senda.

La Axencia Galega de Infraestruturas (AXI) proyecta la construcción de una estructura en voladizo apoyada por la propia plataforma de la carretera. Estará compuesta por una losa de hormigón armado que se ejecutará sobre losas prefabricadas. El voladizo tendrá un ancho de dos metros en esos cinco lugares.