Los profesionales del Servizo Galego de Saúde computaban a mediodía de ayer 1.455 casos negativos de las pruebas practicadas el sábado en el pabellón de Rodeira, y esperan tener a primera hora de hoy los datos de las 2.128 personas que acudieron, poco más de la mitad de las 3.999 citadas. Una cifra “muy pobre”, en opinión de los promotores y a la que la alcaldesa de Cangas, Victoria Portas, no encuentra más explicación que el mal tiempo y la coincidencia con las pruebas que están tramitando desde algunas empresas y los test que se dispensan en las farmacias.

El fin de semana también se registraron dos nuevos casos positivos en Cangas, aunque al menos uno de ellos no está incluido en el cribado de Rodeira, porque se trata de un niño de solo cuatro años. El Sergas detecta un aumento de positivos en menores y de contagios intrafamiliares que podría deberse a la presencia de la cepa británica de COVID-19.

Con la esperanza en los efectos positivos de la vacunación, la campaña comienza mañana en el centro de salud de Cangas, cuya calles aledañas ya han sido valladas por la Policía Local para evitar que aparquen vehículos ajenos a las personas que van a ser inoculadas.