La sucesión de temporales que azotaron las costas gallegas este invierno ha causado daños importantes en el nuevo dique de abrigo del muelle de bateeiros de A Mosqueira, en Moaña, que está en funcionamiento desde el pasado mes de julio. Y es que, a comienzos de año, quedó patente que varios de los bloques flotantes de hormigón se habían separado y dañado al golpearse unos con otros.

Esta semana la situación es todavía peor, con parte de los hierros de la armadura interna a la vista. De momento, desde el sector explican que la estructura sigue cumpliendo con su función y amparando del fuerte oleaje a la dársena del centro moañés. De hecho, algunos balandros amarran incluso por la cara exterior del puerto, algo impensable hasta que se logró esta construcción. De todas formas, los mejilloneros esperan una pronta reparación para atajar estos problemas que podrían agravarse en el futuro.

Desde Portos de Galicia explican que detectaron estos daños la pasada semana y los técnicos del organismo ya se desplazaron a la zona para valorar la situación y estudiar la gravedad de los desperfectos. En base a ello plantearán posibles soluciones a corto plazo, aunque todavía no se aventuran a explicar por dónde puede ir el arreglo.

Tras más de una década de espera, la instalación de este dique se ejecutó entre marzo y julio, con un presupuesto de 650.000 euros. Consistió en la construcción de un rompeolas de hormigón de 140 metros mediante siete módulos de 5 metros de ancho por 20 de longitud cada uno de ellos. Se cimentaron mediante líneas de fondeo formadas por una cadena de 40 milímetros.

El traslado de cada uno de los módulos desde A Coruña y su bajada al mar con una grúa se convirtió en su momento en un polo de atracción de visitantes, que se acercaron a ver los complejos trabajos.

Este dique flotante fue la solución encontrada tras años de estudios para ampliar el muelle, después de un primer intento fallido debido a la gran cantidad de lodos que se acumulan en los fondos.