La finalización del proyecto de movilidad amable e interconexión de los cascos urbanos de Cangas y Moaña a través del histórico Camiño Real ha provocado, en las últimas semanas, varios cambios en el sentido de circulación en la zona alta del proyecto, por la parte superior de la carretera general (PO-551) entre las zonas de Vilela y Catro Camiños hasta entroncar con A Pedreira, ya en Cangas. En concreto, cuatro cruces que conectan con la propia PO-551 han pasado de doble sentido a permitirse solo la circulación en sentido único. Este cambio repentino ha originado quejas por parte de vecinos de esta zona de Tirán, que critican que, para acceder a la general, les obliguen a salir ya por el término municipal de Cangas.

Desde el Concello, por su parte, el concejal de Mobilidade, Rodrigo Currás, asegura entender las molestias pero apela a “una mejora de la seguridad vial”. Argumenta que los cuatro cruces en cuestión parten de caminos muy estrechos y obligan a giros bruscos para tomar las intersecciones. “En varios de ellos se registraron, en los últimos años, choques entre coches e incluso atropellos. Se trata de evitar este tipo de siniestros”. Añade, asimismo, que los cuatro viales mantienen los dos sentidos para los viandantes “y con vehículos a motor, el pequeño rodeo no debería suponer grandes trastornos”.

Señal de sentido único en la intersección hacia Catro Camiños. | // G.N.

En concreto los cruces afectados son cuatro. El primero de ellos es el que parte de la PO-551 frente a la finca de Castroviejo. Queda solo en sentido de entrada. También solo para entrar a los barrios interiores queda el tercer cruce, que es el que parte frente al acceso al supermercado Lidl.

Únicamente con dirección de salida hacia la PO-551 quedan por lo tanto el cruce ubicado antes de llegar al mencionado supermercado, que entronca con un paso de peatones, y el cruce de salida por Santo Domingo, ya en Cangas. Por esta intersección deben salir ahora algunos vecinos de Tirán que residen en la zona de paso de este tramo del Camiño Real.

Recuerdan, los vecinos que se oponen a las nuevas prohibiciones, que “nos obligan a salir por Cangas para volver a Moaña, justo en un momento de cierre perimetral de los municipios”.

La obra del Camiño Real está prácticamente finalizada aunque las lluvias de este invierno están retrasando las últimas tareas pendientes como extender la capa de slurry, que es la banda azul de resina epoxi que distinguirá el trazado, con el color corporativo de los caminos seguros.

Este retraso se suma al parón que ya había sufrido la ejecución de los trabajos, durante varios meses, debido a un modificado del proyecto para acometer muros de contención que no se habían contemplado inicialmente. Junto a mobiliario urbano nuevo, señalización y una iluminación totalmente renovada, la intervención sobre el camino se extiende a lo largo de 2,4 kilómetros hasta el límite con Cangas, aunque el proyecto se diseñó de forma supramunicipal por parte de ambos Concellos, con una longitud de 4 kilómetros, con el fin de cumplir el objetivo de unir las estaciones marítimas de las localidades.

En el caso de Cangas, el proyecto aún ha salido a licitación por lo que habrá que esperar a ver ejecutada la obra en su totalidad. Rodrigo Currás defiende que las direcciones únicas adoptadas están coordinadas con Cangas y que, cuando finalice esa segunda fase, algunos giros en la PO-551 solo se permitirán a la derecha, por lo que es posible que los vecinos de A Pedreira deban bajar hasta la Rotonda do Gordo para poder tomar dirección al centro de Moaña.