Moaña retrasa la rehabilitación de la torre de Meira para evitar la lluvia

Recreación virtual de la antigua torre de Meira.

Recreación virtual de la antigua torre de Meira. / Fran G. Sas

Moaña

El proyecto de restauración, señalización y puesta en valor de la fortaleza medieval conocida como “A Torre de Meira”, que pondrá en marcha el Concello de Moaña, retrasa sus trabajos sobre el terreno hasta la primavera, según explicó el concejal de Patrimonio, Odilo Barreiro. Este cambio de fechas parte de una solicitud de los arqueólogos para evitar las lluvias en los trabajos. La estructura medieval aspira a convertirse en un punto de atracción para vecinos y visitantes gracias en gran medida a la Comunidade de Montes de Meira, que cedió sus terrenos en la zona al Concello durante un periodo de cinco años para la realización de los trabajos.

Las ruinas de la fortaleza del siglo XV se ubican, ahora enterradas, en el monte denominado precisamente “A Torre” y desde el que se puede apreciar casi todo el perfil del municipio de Moaña y gran parte de la ría de Vigo.

El Concello contrató los trabajos a la empresa “Árbore Arqueoloxía S. Coop” por un importe de 14.786,20 euros. Hasta 11.200 euros se financian con cargo a una subvención para patrimonio convocada por la Diputación de Pontevedra y el resto lo paga la administración local con fondos propios.

Los trabajos que se acometerán a partir de ahora pretenden volver a excavar las áreas que habían sido estudiadas en el año 1976, ampliando en esta ocasión la intervención sobre el terreno hacia la zona en la que se localizaría la supuesta puerta para acceder a la fortaleza medieval. Y es que esta puerta no fue localizada en los trabajos realizados hace ya más de 40 años.

Después se restauraría y consolidaría la parte conservada del conjunto. Estos trabajos irán acompañados también de una señalización, explicando la importancia del enclave y de su historia.

La “Torre de Meira” fue una construcción que comprendía apenas unos 96 metros cuadrados, situada en un promontorio de 140 metros de altitud. Todavía se pueden apreciar los cimientos, muy alterados. Su ocupación está documentada desde el siglo XV y perteneció a las casas nobiliarias de Meira y Valadares.

Los propios comuneros colgaron en su página de Facebook estos días un estudio histórico alrededor de tan emblemática estructura.

El derribo de la torre se remonta a las segundas Guerras Irmandiñas (1467-1469). Después, Pedro Álvarez de Soutomaior fue el que ordenó su destrucción hasta la base en el año 1476.

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