Pazos no era un advenedizo de la política. La había masticado desde su adolescencia, siempre girando a la izquierda. Que él había estudiado en la Universidad Laboral en A Coruña, donde se saca título de combatiente. Terminó la carrera que en aquel momento se llamaba Magisterio y que ahora ya ni se sabe qué nombre tiene. Contaba, en esos ratos de tertulia de café en el Alondras, que tenía antes de ser alcalde, que aprobó las oposiciones a la primera y que quedó entre los veinte primeros de unas pruebas que se realizaban a nivel de todo el Estado español.
Ese primer trabajo le llevó a su primera escuela, en Lubián, donde también gustaba de la tertulia que mantenía con el alcalde, el médico, el boticario y el cura. Comentaba con sorna que en aquel tiempo se sentía un poder fáctico del pueblo. Poco a poco se acercó a Cangas para ejercer su oficio y disfrutar de sus dos pasiones: el teatro y la política. Y una cosa llevó a la otra. De fácil oratoria, Pazos llamó pronto la atención en política. Su primera experiencia fue cuando acudió en la candidatura de PSG-Esquerda Galega que encabezaba el profesor Henrique Harguindey. Fue en el mandato 1989-1991, cuando el socialista Lois Pena gobernaba Cangas y su mandato quedó interrumpido por “la movida.”
Tras dimitir Henrique Harguindey entró el número dos de esa candidatura, que era Xosé Manuel Pazos. Con Mariano Abalo como presidente de la Gestora, él se hizo con la concejalía de Cultura, a la que daría un cambio radical y de ser una concejalía “maría” pasó a hacerse grande en Cangas. Después se marchó a Izquierda Unida y formó parte de su escisión acompañando a su querido Anxo Guerreiro “Geluco” a Esquerda de Galicia. Fundó Inmo en clave municipal y sin que se sepa muy bien cómo (él tampoco lo quería contar) regresó a Izquierda Unida una vez Julio Anguita desapareció de la dirección. Impulsó la colación Alternativa Canguesa de Esquerdas (ACE) junto a la Frente Popular Galega de Mariano Abalo y al Partido Comunista Galego. Fue en el año 2006 y en el 2007 cuando la coalición consiguió tres concejales y cogobernó. Entre 1997 y 2001 fue diputado autonómico por Esquerda de Galicia. Allí en el Parlamento de Galicia coincidió con su adversario político en Cangas, José Enrique Sotelo (PP).
Siempre añoró esa etapa. Tanto que recorría auditorios y colegios en compañía de otros exdiputados de todos los colores políticos para dar conferencias y comentar la política de antaño. Al igual que la tertulia de café en el Alondras, que tuvo que dejarla porque la mesa en la que se sentaba se convertía en segundo despacho, pero al aire libre, también cejó en esas giras de exdiputados autonómicos. No tenía ya tanto tiempo.
Xosé Manuel Pazos no se aferró al cargo. El cargo vivía en él desde hacía más tiempo. De ahí sus operaciones políticas encubiertas, sus tácticas y estratégicas. Porque Xosé Manuel Pazos era un alcalde científico. Cada paso estaba estudiado de antemano, para lo bueno o para lo malo. Nada era por casualidad. Un ejemplo: si no conseguía alcanzar un acuerdo con los demás partidos de izquierda (BNG y Avante!) para aprobar sus presupuestos, tenía pensado someterse a una moción de confianza. Jamás dijo nada parecido a “si la enfermedad me lo permite”.
Ayer, su mujer, María José González, lloraba de rabia y de dolor cuando salía del Concello de Cangas donde se velaba el cadáver de su marido. Pero sus palabras mojadas de lágrimas sosegaron a todos. Desveló públicamente que Pazos había muerto sin sufrir, con el dedo pulgar hacia arriba despidiéndose de ella, un gesto muy suyo con el que iría a la tumba.
La alcaldesa en funciones del Concello de Cangas, la socialista Sagrario Martínez, emtió un comunicado oficial despué s de que Xosé Manuel Pazos ya descansara en paz en el cementerio de Coiro. “Desde a corporación municipal queremos transmitir o noso máis sentido pésame á familia. Non hai consolo para tanto dolor. Non, cando perdemos un gran alcalde, un gran mestre, un gran defensor da Cultura e da súa terra. Por encima de todos iso perdemos un gran compañeiro, unha gran persoa”. Personalmente recuerda que fue un placer haber compartido la experiencia de la política con Xosé Manuel Pazos, a quien considera su maestro . “Desde donde estés nos seguirás ensinando e predicando coas túas sabias palabras. Eu solo teño palabras de agradecemento do bo referente que tiven o meu caron. Que a terra te leve”, concluye una emocionada Sagrario Martínez.
También a última hora, el grupo municipal socialista emitió un comunicado oficial. “Nestes triste momentos para a famlia e amigos de Xosé Manuel Pazos, en nome do Partido Socialista de Cangas, quero agradecerlle públicamente os seus esforzos e a dedicación ao Concello e o pobo de Cangas. Déixanos unha persoa de talante aberto, solidario e conciliador que sempre nos amosou apoio e respeto no traballo municipal. Sempre quixo o mellor para Cangas e non regateou esforzos nin tempo. Cangas perde un alcalde de ideas claras, un home culto e comprometido con presente e futuro do seu pobo. Eu perdín un amigo. Que o tránsito che sexa leve”. La nota socialista está firmada por el concejal socialista Eugenio González.
