El anuncio del cierre total de la hostelería y las nuevas restricciones para el comercio en toda Galicia, que hizo público la Xunta después de la reunión del comité clínico, llegó ayer con la comarca de O Morrazo situada en los 257 casos. La situación es cada día más alarmante sobre todo en Moaña, que suma 144 positivos, con una incidencia acumulada de 742 casos por cada 100.000 habitantes y con el centro de salud “desbordado” de llamadas por posibles síntomas de COVID-19. Solo en un día los contagiados crecieron en ocho personas en Moaña. En Cangas, por su parte, se contabilizan 75 positivos activos, siete más que el domingo y una incidencia de 283. Algo mejor está Bueu, con 29 positivos según el mapa del Sergas –lo que arroja una incidencia de 241– y 38 en el caso del informe diario que la EOXI remite al propio Concello.

Ante esta situación, los sectores afectados por el endurecimiento de las restricciones asumen la nueva realidad que tendrán que afrontar entre mañana y el próximo 17 de febrero.

En Cangas el presidente de la asociación de restauradores (Areca), Gustavo Soliño, entiende que la medida “parte de la improvisación. Estaría bien si fuese efectiva”. Añade que para plantear cierres de este tipo “deben ponerse antes, sobre la mesa, las ayudas”. Desde el colectivo de restauradores cangueses critican que “siempre se nos castigue a nosotros. Si hay que adoptar medidas duras como el cierre deberían afectar por igual a todos los sectores y consensuar con ellos las medidas a adoptar”. En este sentido, alertan de que la bolsa de ayudas anunciada esta semana por la Xunta es de 80 millones de euros para 40.000 establecimientos, “lo que supone solo 2.000 euros por negocio cerrado”.

Soliño considera que la hostelería está “en un momento de no retorno” y que muchos empresarios no tienen ya más capacidad de resistencia. “Es el tercer parón. Va a ser un suicidio colectivo del sector”. Recuerda, además, que muchos trabajadores de la hostelería “no cobraron todavía lo correspondiente a su primer Erte”.

En Moaña, por su parte, desde la asociación de hosteleros que está en proceso de constitución mantienen la queja de que “paga el pato la hostelería, pero parece claro que el problema de los contagios está en los domicilios. No creemos que el cierre de bares influya a la hora de bajar los contagios. De todas formas, ojalá estas tres semanas sirvan para mejorar la situación sanitaria”.

Desde los bares y cafeterías moañesas temen “que muchos tengan que cerrar para siempre al sumar otro parón al año tan duro que llevamos”. Reconocen que han recibido ayudas de la Xunta “pero como mucho de unos 1.200 euros por local. Eso nos sirve para afrontar el alquiler y poco más”. Piden que les garanticen que, durante el tiempo de cierre, no tendrán que asumir el pago de impuestos. También lamentan, los bares forzados al cierre, “tener que volver a enviar a los trabajadores al Erte”.

Por todas estas razones, los hosteleros de Moaña y Cangas trabajan para participar este viernes en una manifestación de todo el sector gallego que se celebrará en Santiago. Y es que se avanza en crear una plataforma de hosteleros a nivel autonómico.

En cuanto al comercio, desde la federación de comerciantes (Fecimo) optaron ayer por la prudencia ante el cierre de los establecimientos no esenciales a las 18.00 horas. “Debemos analizar detenidamente el DOG cuando se publique esta normativa y estudiar las posibles ayudas planteadas”.

Desde el Concello moañés la alcaldesa, Leticia Santos, considera “necesarias las nuevas restricciones. El cierre perimetral por municipios ya tendría que haber sido aplicado a toda Galicia desde hace tiempo”. La nacionalista entiende incluso que las restricciones son “insuficientes” ante la vorágine de contagios que vive la comunidad en esta tercera ola.

Entiende, la alcaldesa de Moaña, que la única salida a esta situación pasa “por cerrar toda la hostelería y comercio pero aprobar un paquete de ayudas económicas directas y suficientes a los sectores que se están viendo muy perjudicados”.

En cuanto a la asociación de hosteleros de Bueu, acoge con resignación una decisión que supone otra vuelta de tuerca “en una condena a una lenta asfixia”, como apuntaba ayer su presidente, Manuel Agulla. Desde el sector recalcan que “somos conscientes de que estamos en una pandemia”, pero lamentan que la hostelería ha sido el segmento que “con diferencia ha recibido el peor trato entre todas las actividades empresariales” y sostienen que desde el primer momento “se nos puso injustamente una cruz”. La asociación de Bueu reclama, más allá de ayudas puntuales, medidas como la condonación de cuotas a la Seguridad Social, pagos de impuestos y tributos, que son acciones que podrían beneficiar a todos los establecimientos. “Es normal que se tomen medidas, pero si tenemos que cerrar no tenemos ingresos y no podemos vivir. Sin embargo, nos obligan a vivir y a pagar como si estuviésemos abiertos”, expone Manuel Agulla, que insiste en que el sector se siente “abandonado”. Añade que la posibilidad de trabajar para el envío y reparto a domicilio “no es ningún chollo ni te salva de nada”. Desde Cangas consideran que esta salida “no cubre ni los gastos muchas veces”.

Hasta 117 multas en Cangas por saltarse el cierre perimetral

La Policía Local de Cangas ha remitido, ayer, a la Xunta de Galicia hasta 96 expedientes sancionadores para su tramitación. Todos ellos se corresponden con multas impuestas a vecinos por saltarse el confinamiento nocturno o por violar el obligatorio cierre perimetral municipal sin tener una justificación para ellos. Las 96 multas fueron puestas solo en las dos últimas semanas, lo que demuestra que el incumplimiento de las restricciones está más extendido de lo que pudiese parecer. Todos los sancionados fueron localizados en el casco urbano de Cangas o en el entorno de las parroquias de O Hío y Aldán. La pasada semana los agentes municipales de Cangas intensificaron su control entre los pasajeros que llegan en transporte de ría desde Vigo, pues no podían desplazarse a Cangas sin permiso para ello al estar la ciudad olívica en cierre perimetral. De esos controles a los pasajeros se derivaron hasta siete de estas multas. Además, quedan pendientes de remitir a la Xunta otras 14 denuncias más de los últimos días de la pasada semana. En total, en apenas 15 días, se han detectado hasta 117 presuntos infractores. Por no llevar puesta la mascarilla, el Concello de Cangas tramitará 27 multas, entre las impuesta por la Policía Local y las de la Guardia Civil. En este apartado, también se llevó a cabo una detención de un vecino por negativa a ponerse la mascarilla y desobediencia don daños al coche policial. El arresto tuvo lugar en la zona de Nazaré. El último din de semana la intervención mas destacada fue la denuncia a un grupo de jóvenes, casi todos menores de edad, que se juntaron en el entorno del paseo de Massó sin guardar la pertinente distancia de seguridad y no todos llevaban la mascarilla.

“Revés” al deporte por jugar a puerta cerrada

En el ámbito deportivo, y después de la suspensión de la competición federada a nivel autonómico la semana pasada, la principal novedad radica en la obligatoriedad de disputar los encuentros federados de categoría nacional a puerta cerrada, sin la presencia de público. Desde el Frigoríficos del Morrazo apuntan que esto supondrá “un nuevo contratiempo” en una temporada ya de por sí muy atípica. “Era algo esperado, de hecho hasta sorprendía que no la hubieran tomado antes”, señalan desde el club. Aunque la Liga Sacyr Asobal no regresará hasta el 3 de febrero, al Cangas le afectará el hecho de tener que jugar sin público en dos encuentros, el de ese mismo día ante el Valladolid y el del 13 ante el Benidorm. “Sin nuestra afición todo resulta mucho más complicado”, asegura el director deportivo de la entidad, Óscar Fernández. Fernández lamenta asimismo que la nueva restricción llegue justo en el momento en el que el club intentaba reactivar su campaña de socios para conseguir unos 200 abonados más. Además de a Automanía Luceros y Bueu Atlético en la Primera Nacional de balonmano, la medida también afectará al Alondras de Tercera División una vez regrese de su confinamiento y a su equipo juvenil de Liga Nacional. “Es un revés, está claro, porque nuestro público acude al campo y económicamente siempre supone una ayuda”, reconoce el vicepresidente alondrista, José García. Pero también subraya que “nosotros no podemos valorar estas medidas. La situación es la que es y no nos queda más que aceptar las decisiones que se tomen”. El duelo del 14 de febrero contra el Arenteiro sería el único que se vería afectado.