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El Museo Massó incorpora un equipo de buceo idéntico a los de las inmersiones en Rande

El traje, la escafandra y el compresor de aire son de mediados del siglo XX | Los fabricó la prestigiosa casa inglesa Siebe Gorman | El equipo es original y está en perfecto estado

El traje y el compresor de aire, que se pueden ver en la entrada del Museo Massó. | // SANTOS ÁLVAREZ

Uno de los cañones recuperados de Rande, en el Museo Massó. | //MM

Sendos detalles de la escafandra, con un peso, y las botas. | // M.M.

El Museo Massó incorpora un equipo de buceo idéntico a los de las inmersiones en Rande

Los visitantes que entren al Museo Massó se van a encontrar con algo parecido a una fantasmagórica sorpresa. Justo en la entrada del recinto les recibe la última adquisición realizada por el museo: un equipo de buceo clásico con un compresor de aire, datado a mediados del siglo XX y que es idéntico a los empleados en las prospecciones submarinas de los galeones de Rande. Una iniciativa en la que los Massó participaron activamente puesto que financiaron la última campaña de John Potter, en la que se recuperó un cañón que se puede ver también en el museo.

La incorporación de este material supone un testimonio “bastante excepcional” puesto que en España se conservan pocos equipos originales de esta época. Y entre los que se consiguió salvar era habitual, especialmente con los cascos, usarlos para otros fines o destinarlos a otros equipos. El conjunto está formado por una escafandra de doce pernos y cuatro ventanas, fabricada en bronce y cobre, con sus elementos de vidrio íntegros y con el enganche para el sistema de comunicación telefónico. El traje es de caucho y lona, con refuerzos en las rodillas y escapularios de plomo [pesos de pecho y espalda para facilitar la inmersión]. Todo este material procede de la casa Siebe Gorman de Londres, uno de los fabricantes más importantes de este tipo de equipos. “Todo el conjunto conserva todas sus piezas originales y numeradas, con el número de serie 10444, y el casco tiene la placa original con la inscripción de la marca”, explica la directora del Museo Massó, Covadonga López.

El detalle de la numeración es relevante porque garantiza la autenticidad del material ya que en el mercado de antigüedades y coleccionismo existen numerosas falsificaciones. Al mismo tiempo, permite establecer la fecha de fabricación y comprobar que el conjunto mantiene sus piezas originales, sin que ninguna fuese sustituida. El traje de inmersión incluye unas botas de cuero y madera, con suelas de plomo y punteras y remaches de latón. A diferencia del resto de elementos, con el calzado no existía la costumbre de seriarlo y las botas que se pueden encontrar en el mercado con ese número de serie son “falsas”.

El equipamiento se complementa con un cuchillo de baquelita negro, hoja de acero y vaina de latón. Fue adquirido de manera independiente, pero es de la misma marca y época que el resto del traje. El colofón es un compresor de aire desde la superficie, accionado manualmente para dos buzos y que cuenta con el número de serie 6201, también de la casa Siebe Gorman. “Está en perfecto estado de uso y con todos los mecanismos completos. La caja central, de madera de teca, conserva el anagrama de la marca. Los compresores son piezas muy escasas, más difíciles aún de encontrar que trajes y cascos”, apuntan desde el Museo Massó.

Para explicar su funcionamiento desde la dirección han encontrado un aliado en uno de los grandes personajes del mundo del cómic: Tintín. Junto al traje es posible ver una tira del famoso personaje de Hergé, extraída del álbum “El tesoro de Rackham El Rojo”. Las viñetas elegidas ilustran a la perfección cómo era una inmersión con estos equipos y demuestran el detallado conocimiento de Hergé sobre esta materia.

El equipamiento que acaba de incorporar el Museo Massó a su colección fue empleado en los puertos de A Coruña y Ferrol durante las décadas de 1950 y 1960. “Es conjunto clásico y convencional usado a lo largo del siglo XX en reparaciones náuticas, construcciones portuarias y naufragios. La Marina de España y la Autoridad Portuaria empleaban equipos importados, siempre los más costosos y de calidad, generalmente de la marca Siebe Gorman o equipos de fabricación francesa”, explica la directora. La fábrica inglesa era la de mayor prestigio y fama, lo que le llevó a conseguir todos los contratos de la Marina Real Británica y de las marinas de gran parte de Europa y de sus colonias.

Potter: “Un museo que es cualquier cosa menos modesto”

En el Museo Historia de Marsella se conserva un traje muy semejante al que se expone ahora en el Museo Massó de Bueu. Y es que los orígenes de la arqueología submarina francesa también se pueden buscar en la ría de Vigo. El francés Hippolyte Magen y su compañía Société de Sauvetage des Galions de Vigo utilizaron estos aparatos de inmersión para explorar entre 1870 y 1873 los galeones de la batalla de Rande, acontecida en 1702. Magen publicó después el libro “Les Galions de Vigo” [Los galeones de Vigo], editado en 1873 en París. Cuando en la década de 1950 John S. Potter empezó su campaña de prospecciones estaba interesado en consultar ese libro y en Vigo conoció a Gaspar Massó, que sería clave sus prospecciones. En su libro “En busca del tesoro de la Ría de Vigo” relata su encuentro con el empresario, que le habló de que tenía “un museo marítimo. Una modesta colección de papeles viejos y maquetas de barcos”. Pero el americano añade en su libro que, tras visitar en Bueu aquel museo y tomar notas del libro de Magen, “descubrí que era cualquier cosa menos modesto [...]; había una compacta colección de tesoros históricos marinos como no he encontrado aún en España”. Gaspar Massó fue clave en los trabajos de Potter porque le cedió el barco “Ibis” para sus exploraciones y porque en 1958, cuando no conseguía fondos para la última campaña, el empresario de Bueu financió esas prospecciones. Esa es la razón por la que en el Museo Massó actualmente se pueden ver algunos de los restos de la famosa batalla de Rande, como un cañón procedente de uno de los galeones. La actividad submarina tiene su espacio en el Museo Massó a través de la sección “A conquista do mar”, de la que forma parte el manifiesto manuscrito de Isaac Peral en defensa del primer submarino torpedero, un invento de su autoría que fue rechazado por la Marina de España.

Los cascos se fundieron en la Guerra Civil para fabricar balas

Conseguir en España un equipo como el que acaba de incorporar el Museo Massó es harto difícil y los cascos que se conservan tienen una cronología muy determinada: las décadas de 1940 y 1950. ¿Por qué? Pues porque todo el material fabricado antes de esa fecha fue fundido durante la Guerra Civil para la fabricación de balas a partir del bronce y del cobre. Este tipo de equipos de buceo se utilizaron hasta la década de 1960. A partir de entonces comenzaron a aparecer los trajes de “rana”, que significaron un gran avance tanto porque permitían una mayor movilidad y autonomía porque no dependen del suministro de aire desde la superficie.

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