Espacio en el que se adaptará la nueva plaza. | // F.G.S.

La ambiciosa primera fase del proyecto de mejora de seguridad y humanización de la carretera provincial de Abelendo (EP-1104 que conecta la Porta do Cego con Coiro), estará en obras en la segunda mitad de este año, con un plazo de ejecución de seis meses. Se ejecutará la pionera propuesta de la Diputación entre los puntos kilométricos 1+200 y 1+780 (de la curva del lavadero de Figueirido hasta el final de la Recta do Casal). Se trata de una primera fase que llegará a su culminación tras años de trámites para lograr las cesiones con reuniones “puerta a puerta” con los propietarios, en las que participaron representantes del Concello y de la Asociación de Veciños de San Martiño.

Solo para esta fase la inversión es de 690.000 euros y el Concello aporta el 30% de la financiación. Ayer el diputado de Infraestruturas de la Diputación –Gregorio Agís– y su colega de Cultura –Vicky Alonso– recorrieron todo el trazado sobre el que se actuará en compañía de la alcaldesa, Leticia Santos, y otros representantes del gobierno municipal. Durante la caminata, además de comprobar de primera mano las enormes dificultades que esta carretera representa para los peatones y la elevada velocidad media del tráfico, también tuvieron opción de hablar con algunos de los vecinos que cedieron terrenos. No en vano, estuvo presente el presidente de la Asociación de San Martiño, José Manuel González.

La primera fase contará con tres tramos bien diferenciados a lo largo del trazado de la calzada y, entre las novedades, se recoge la construcción de una plaza pública pegada al cruce de bajada al campo de O Casal. La generosa cesión de una vecina, que aportó a la obra más de 350 metros cuadrados de terreno, permitirá ganar una zona de ocio y esparcimiento con mobiliario urbano, así como mejorar la visibilidad en el mencionado cruce. El ejecutivo local aprovechó la visita de ayer para dejar constancia de su agradecimiento ante esta cesión desinteresada.

El primer tramo irá entre la curva de Figueirido y el paso de peatones del cruce de la Canteira do Casal. Se mantendrán dos carriles para el tráfico rodado y se habilitarán dos sendas peatonales de 2,5 metros de ancho por cada margen, sin barreras arquitectónicas. Partirán de la acera por un solo lado ejecutado hace años y que conecta con el núcleo urbano de Ameixoada. Esta doble senda se separará de la calzada por los puntos de iluminación Led, pues todas las farolas serán sustituidas y el cableado eléctrico y telefónico de todo el trazado pasará a soterrarse. El tráfico se calmará con un paso de patones elevado y badenes.

El segundo tramo es el más ambicioso. Parte del cruce de la Canteira do Casal y finaliza en el inicio de la Recta do Casal. Serán unos 200 metros lineales de plataforma única, elevada sobre el nivel de la calzada de asfalto, lo que dará a entender a los conductores que entran en una zona de prioridad para los peatones. Es un tramo más urbano que no permite sendas laterales. Esta plataforma elevada irá de hormigón rugoso y con colores que lo distingan claramente del asfalto. Será en el lateral izquierdo de este segundo tramo de plataforma de convivencia en donde se habilite la plaza pública lograda gracias a la cesión de una vecina.

El tercer y último tramo de esta fase irá hasta el final de la Recta do Casal y volverá a contar con dos sendas peatonales en ambas márgenes. Los dos tramos de sendas suman un total de 400 metros lineales.

El diputado Gregorio Agís se muestra convencido de que “ una vez ejecutada la primera fase, su funcionamiento animará a los que faltan por ceder terrenos en la segunda. Eso es lo que nos demuestra la experiencia”. Y es que el Concello necesita todavía del visto bueno de más de una decena de propietarios para poder extender este modelo de humanización hacia el cruce de subida al colegio público. El concejal de Mobilidade, Rodrigo Currás, recordó además que “esta mejora pensada en los peatones incrementará sin duda el valor de las propiedades anexas a la carretera”.

La alcaldesa, Leticia Santos, aprovechó para recordar como, décadas atrás, la carretera de Abelendo “era una zona de convivencia, en la que incluso se hacía la hoguera de San Juan. Ahora eso es impensable porque los vehículos se hicieron dueños de la vía y lo que queremos es recuperarla como un espacio público para los vecinos”.

Santos recordó también la cantidad de instalaciones como la iglesia parroquial, la Escola de Música, la farmacia, el campo de fútbol o el centro sociocultural de San Martiño “que están conectadas solo por esta carretera sin seguridad”. Insiste, la regidora, en que el tramo de la plataforma única “convertirá una zona degradada en toda una plaza que revitalizará a toda la parroquia de San Martiño. Su suave pendiente facilita la accesibilidad para caminar por la zona.

Gregorio Agís reconoció que “fue complejo conseguir las cesiones de esta primera fase. Seguro que el resto de propietarios ven la necesidad de la obra”. Las cesiones que faltan se ubican en Abelendo y A Feira.

“La pandemia demostró la importancia de los espacios de ocio”

El presidente de la Asociación de Veciños de San Martiño, José Manuel González, participó ayer en la visita institucional por la carretera provincial a reformar. Se mostró agradecido de la “apuesta que se hace por esta zona. Porque es aquí en donde nació el Concello de Moaña”. Lamentó no poder realizar todo el trazado previsto inicialmente en una sola fase y apeló a conseguir la segunda parte de las obras “que es muy importante porque implica poner en valor el histórico parque de A Feira y su entorno, dando lugar a un espacio grande para uso público”. El representante del colectivo vecinal espera, también, que la primera fase llame a todos los propietarios a ceder “y se conciencien de que el cambio es imparable para el disfrute de las personas y no de los vehículos. Estos tiempos de pandemia demuestran la importancia de espacios de ocio que permitan mantener la distancia social”. José Manuel González agradeció el trabajo realizado por sus antecesores en la directiva de la Asociación y aseguró que estarán “a disposición del Concello y la Diputación” para colaborar en todo lo necesario para conseguir ejecutar también la segunda fase. “Quedan unas 11 cesiones solo en esa fase, pero todas en puntos estratégicos. No se podría ejecutar la obra sin esas cesiones”, advierte el concejal Odilo Barreiro.

Además del soterramiento del cableado y la reforma de la iluminación pública, la obra contempla la dotación de un nuevo drenaje de aguas en todo el recorrido y la construcción de nueve muros de contención, así como varias barandillas. Algunos de los vecinos que cedieron verán afectados sus muros de cierre y el Concello se los reconstruirá. Está previsto el estudio para salvar un carballo situado en la parte superior de la calzada, cerca de los carriles de circulación, y que en estos momentos presenta un riesgo de desplome sobre la zona de circulación.

Se delimitarán el resto de árboles existentes y la decoración elegida exige la plantación de cuatro nuevos olivos.