La concesionaria de la piscina municipal “A Balea” de Cangas niega las acusaciones de algunas madres de rechazo a la inclusión de niños con diversidad funcional. Así, asegura que en el caso del pequeño con síndrome de Asperger, para nada se discriminó ni se hizo una política de no integración. La compañía señala que avisó a la madre de que tenía que cambiar al niño en marzo, porque se pasaba ya casi dos años de edad en el curso de los sábados. Afirma la concesionaria que fue el sábado cuando la madre preguntó cuáles eran los cursos de tarde y manifestó que ninguno le venía bien para compatibilizar su vida laboral con llevar a su hijo a la piscina. Afirma que se fue de la piscina pensándolo y dejó a los niños en el curso. Añade que en mitad de la clase regresó dando gritos y pidió a los monitores que sacasen a los niños de la clase. La concesionaria explica que se intentó razonar con ella, pero que no no fue posible un acuerdo, así que sacó a sus hijos de la piscina y los dio de baja. En la baja hizo constar que “no aceptan a niños con discapacidad”.
La empresa señala que para que la listas de natación puedan a avanzar y los niños evolucionar en los cursos es necesario que cuando estén preparados pasen al siguiente nivel, pero que a esta madre no le va bien y pone como excusa que el niño tiene discapacidad. “La cual no le impide para nada estar en este curso y puede cambiar perfectamente. Se habló de este asunto con ella en varias ocasiones”, concluye la concesionaria de la piscina municipal de “A Balea”.
