El patrón mayor de la Cofradía de Aldán, Juan Manuel Gregorio, asegura que este año, y en vista de las tristes navidades que se deben de afrontar por culpa de la pandemia del COVID-19, decidieron adornar el muelle con motivos navideños, colaborando ellos y las personas de la asociación de mejilloneros que trabajan en las instalaciones de la lonja. Junto al malecón han colgado del alumbrado público unas redes marineras en desuso haciendo la forma de un árbol, que se ha decorado con luces y con boyas como si fueran bolas de Navidad.

El árbol iluminado por la noche. | // GONZALO NÚÑEZ

En la tarde de ayer también tenían previsto empezar a trabajar en un portal de Belén, a colocar junto al árbol, con figuras de paja a tamaño real, en el que San José, la Virgen y el Niño Jesús, se van a vestir con ropas de agua propias de los marineros. Es un guiño desde el mundo del mar a unas Navidades, pasadas por agua y por la distancia social que hay que mantener, sin reuniones familiares, para evitar los contagios del virus.

La Cofradía y el vecindario de Aldán vuelven a estar unidos para vivir la Navidad, enterrando el hacha de guerra que habían levantado en 2019 cuando Portos de Galicia, a petición del pósito, quiso instalar una docena de contenedores en desuso como casetas de almacenaje para los marineros, en el malecón. Finalmente Portos solo instaló seis y los reubicó pegados a la pared de la lonja, sin tapar las vistas al mar y a las puestas de sol. Pero el muelle perdió aquel poder de atracción de vecinos y turistas que tenía también cuando estaba abierto el bar Muelle. El espacio de esta antigua concesión se ha reconvertido en unas chabolas o casetas, que Portos acondicionó para los marineros, con agua y luz, para que puedan ducharse.

Lo cierto es que el gran árbol de Navidad, de unos seis metros de altura, que cuelga de una farola, está generando muchos comentarios en las redes sociales.