Los vendedores ambulantes del Concello de Moaña pueden trabajar en los mercadillos de los miércoles y los sábados sin problemas pese a que el municipio se encuentra en cierre perimetral por la pandemia sanitaria. A diferencia de lo que ocurre en Cangas o Marín, el Concello moañés no ha tenido que vetar puestos para reducir al 50% el número de vendedores en el mercadillo. La concejala de Promoción Económica, Coral Ríos, explica que cuentan en la Alameda con espacio suficiente para permitir que todos los vendedores trabajen.

Así las cosas, se ha decidido ampliar el espacio reservado para el mercadillo y señalizar de forma distinta el hueco que debe ocupar cada mostrador. Ahora el mercadillo de los sábados, el más grande de los dos semanales, se extiende entre la Rampa da Ramona y el entorno de la Casa do Mar. “Todos los puestos se disponen en línea y con muchos metros de separación. Desde que entramos en alerta roja no se permite el montaje de ningún mostrador frente a otro”, señala Ríos. La intención de esta disposición es limitar el riesgo de que se crucen vendedores y se agolpen en multitudes, lo que ayudaría a extender el Covid-19.

El inspector municipal se encarga de revisar, cada jornada de mercadillo a las siete de la mañana, que se cumplen con los nuevos emplazamientos. “Estamos encontrando la colaboración de todos los vendedores”, concluye la edil.

Moaña cuenta con más de 90 puestos del mercadillo al corriente de pago. Sin embargo, la reordenación se ve facilitada también por el hecho de que acuden a trabajar cada sábado menos de ese número. Sobre todo por los vendedores extranjeros, como los que proceden de Portugal, que por la pandemia no suelen acudir a su cita semanal.

Restaurantes

Por otro lado, cada vez son más los bares y restaurantes que se anotan en la lista de promoción conjunta a través de las redes del Concello para la venta de cafés o de comidas para recoger durante este cierre forzoso al que se ve sometida la hostelería.