Interior de la plaza de abastos, con el reloj marcando las 12. | // G.NÚÑEZ

“No ha valido la pena montar; hoy no ganamos ni para gastos de desplazamiento”. Es el lamento de una de las vendedoras ambulantes que se sitúa en el entorno de la plaza de abastos de Cangas y que ayer, a las 12 en punto del mediodía, ya estaba recogiendo la mercancía bajo la lluvia y practicamente sin dinero en caja. Como ella, otras compañeras y compañeros tenían más prisa por levantar los bártulos que confianza en recibir clientes, que fueron pocos y esquivos durante toda la mañana y sin que se notara que es principio de mes. Ayer trabajaron los puestos con números impares y el próximo viernes lo harán los pares, de acuerdo con la fórmula de alternancia acordada con el Concello, pero que no parece contentar a casi nadie. La mayoría apuesta por que puedan trabajar todos y extender el mercadillo hacia la alameda de O Señal, la otra opción que se había puesto sobre la mesa de negociaciones para guardar las distancias de seguridad y evitar contagios por Covid-19.

“Con estas condiciones, la pandemia y todo el invierno por delante, instalar el puesto no es rentable; necesitamos trabajar porque hay muchos gastos fijos que pagar, pero así no compensa”, añade otra compañera. Y lo ratifica el secretario de la Asociación de Vendedoras/es Ambulantes do Morrazo (Asvam), Álvaro Ferradás, al que ayer no le correspondía trabajar pero se acercó al mercadillo ambulante para pulsar la opinión de sus asociados y sacar conclusiones. “Esto se está haciendo mal; en algunas zonas hay puestos acumulados sin respetar distancias y en otras hay grandes huecos”. La culpa no es de los conserjes y personal municipal, “que han trabajado duro” para intentar paliarlo, sino del sistema, que solo convence a una minoría. “La solución pasa por instalar algunos puestos en los jardines de O Señal, y nosotros tenemos un listado de voluntarios, los que hagan falta, para irse allí”, abunda Ferradás, que pide al gobierno local que se lo piense bien y acceda a sus peticiones.

La concejala de Desenvolvemento Local, Sagrario Martínez (PSOE) se muestra receptiva a las demandas del sector y se ofrece a dialogar, pero pide una postura unificada e interlocutores que hablen por todo el sector, ya que no es viable reunirse con cada comerciante a título particular. También reconoce que algunos comerciantes le han manifestado su intención de no montar los puestos a partir del próximo viernes, con el cierre perimetral de Cangas que impide la llegada de clientes de municipios vecinos. Esa disposición deberá trasladares “por escrito” para que el Concello actúe en consecuencia, aunque lo “deseable” es buscar fórmulas que satisfagan a todos.

El bajón en las ventas de ayer no afectó solo al mercadillo, sino también a los vendedores de la plaza de abastos, cuya imagen durante la mañana, con más comerciantes y mercancías que clientes, no era la de un viernes habitual. Pescaderas, carniceros o fruteras, al igual que los proveedores de flores y productos perecederos que se ubican en el exterior, reconocen que noviembre “es habitualmente un mes malo” para las ventas, pero abogan por un mercadillo “al completo que nos beneficie a todos”.