El alcalde cierra la puerta del Concello, de nuevo con pintadas. FDV

Indignación, malestar y cabreo. Mucho cabreo. El Concello de Bueu y en especial su alcalde, Félix Juncal, está molesto con la constante repetición de actos vandálicos en espacios públicos y en mobiliario urbano. El último ejemplo es de hace unos días, con la aparición de una serie de dibujos y pintadas en un banco de la Praza Massó. Un elemento que había sido tratado y pintado hace apenas un mes por trabajadores contratados dentro del Plan de Emprego Provincial. Pero también se puede citar el caso de la puerta de entrada al propio Concello, a la que Juncal se refiere sin ambages como “a porta da vergoña”. Este verano fue repintada y a los pocos días ya volvía a lucir grafitis. “Es lamentable ver como personas desalmadas están atentando contra los espacios y mobiliario público”, se quejaba ayer el regidor.

Con esta denuncia se quiere sensibilizar a los vecinos ante este tipo de actuaciones y se reclama su colaboración para acabar con este tipo de actitudes. “En el caso de encontrar a los responsables de estos hechos se actuará en consecuencia”, advierte.

El Concello destinó parte de los recursos del Plan de Emprego de la Diputación a contratar personal para acometer diversos trabajos de conservación y mantenimiento de espacios públicos, como las obras que se están realizando en lavaderos del municipio. Entre esas actuaciones se incluye también una mejora del mobiliario urbano, como los bancos de la Praza Massó, que recibieron un tratamiento específico para la madera y fueron repintados. “Pocos días después de ese trabajo y ese esfuerzo ahora comprobamos que aparecen con pintadas vandálicas”, se queja Juncal.

El caso del acceso al consistorio resulta también paradigmático. La puerta, de color blanco, estuvo durante varios meses totalmente cubierta por pintadas y grafitis. Este verano, también con personal contratado a través de este plan provincial, fue repintada. “La decisión de mantenerla durante todos aquellos meses con las pintadas fue deliberada y consciente. Se trataba de una especie de llamada de atención para que todos cuidemos el patrimonio público”, afirma Juncal. Sin embargo, parece más que evidente que no se consiguió el efecto deseado. A los pocos días la puerta principal del ayuntamiento ya volvía a lucir la firma de los vándalos.

El regidor quiso apelar ayer a la “colaboración ciudadana” y desde el Concello agradecen que si alguna persona sabe quién está detrás de este tipo de actos de vandalismo proceda a comunicarlo a las autoridades para poder actuar para proteger y cuidar un patrimonio que es de todos.