La recuperación del Camiño Real a través de la obra de “implantación do eixo de mobilidade amable e segura de interconexión dos centros urbanos de Moaña e Cangas” estará finalizada antes de final de año si el tiempo lo permite. En estos momentos los operarios de la empresa constructora -Covsa- llevan un mes y medio de trabajo desde que se retomaron las tareas tras un modificado del proyecto. Así lo explicó esta mañana el técnico que se encargó del proyecto, Martín Barreiro, en un recorrido por buena parte del trayecto realizado en compañía de responsables del gobierno local y de la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva.

La obra está financiada por el organismo provincial a través del plan Deporemse para la mejora de la seguridad vial y la aportación municipal también se financia con cargo al Plan Concellos de la Diputación. El técnico recordó que la actuación “se lleva gestando durante una década, para vertebrar la conexión entre Cangas y Moaña con preferencia peatonal y ciclista buscando un itinerario accesible que atraviesa hasta cuatro núcleos históricos”. En estos momentos resta por completarse solo la canalización de la electricidad para la iluminación en un tramo de 200 metros cerca de la frontera con Cangas, así como la instalación de las barandillas por seguridad en las márgenes con desniveles. Están en proceso de fabricación los 311 metros de barandillas que deberán instalarse en un par de semanas. También están en fabricación las 120 luminarias con sus báculos y brazos que harán accesible todo el recorrido también en horario nocturno.

Para las últimas semanas de trabajo restará la señalización vertical y la implementación de los sentidos únicos, las limitaciones del paso con coches solo para residentes y la indicación de los tramos abiertos a todos los usuarios. Finalmente se dispondrá la señalización horizontal, en el que destaca la banda de color azul en la zona reservada para peatones, tal y como ocurre en el camino escolar seguro de Tirán. En cuestión de pavimentos, solo restan dos tramos pasando la llamada “Recta del Lidl”.

Además de suavizar las pendientes para facilitar el paso a personas con movilidad reducida que utilicen sillas de ruedas, los promotores del proyecto desvelaron ayer que también contará con un itinerario accesible para personas invidentes. Todos los tramos sin muros o fachadas que faciliten su orientación se completarán con tres bandas con resaltes de 5 milímetros que facilitarán el seguimiento con la ayuda de un bastón para invidentes, “evitando así que tengan que realizar todo el contorno de un camino heterogéneo”, concluye Barreiro.

La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, aseguró que la visita colmó “mis altas expectativas sobre este proyecto”. Defendió que no se está ejecutando “un proyecto como este en toda Galicia” y lo considera único “en primer lugar por nace del acuerdo entre dos ayuntamientos como Cangas y Moaña”. Resalta también que “la actuación se mueve en los parámetros del gobierno provincial en su apuesta por la movilidad amable y por construir espacios en los que las personas sean el centro de todo, para su disfrute. Estos espacios públicos se demuestran más necesarios que nunca con la pandemia”, concluye.