El problema de los caballos que invaden la PO-313, en Moaña, continúa sin que se vislumbre una solución. La Xunta es la que tiene que actuar. El pasado viernes, la Policía Local de Moaña tuvo que acudir en tres ocasiones -por la mañana, por la tarde y por la noche- a esta carretera, que une Moaña y Marín y que es de mucho tránsito, por el aviso de conductores de que había una manada de caballos en la calzada.

Se trató de la misma manada de cuatro caballos. Lo único que puede hacer la patrulla es retirarlos de la carretera y reconducirlos al monte, en una labor que exige mucho cuidado y que se hace con uno delos dos policías en el extremo dela manada para evitar que los equinos escapen al galope y se metan más en la carretera.

El problema es que los caballos de monte están sin el chip identificativo en las orejas, al que la obliga la Xunta, de ahí que no se pueda identificar a los dueños, que recurren a esto para evitar la sanción que les tocaría pagar por tener caballos sueltos con peligro para la circulación de vehículos.

Este mismo problema de los caballos existía antes en el antiguo corredor do Morrazo, en el enlace de Meira, que se subsanó con las obras de conversión de la carretera en autovía y la colocación de pasos canadienses en el vial que baja del monte, antes del enlace, para evitar que los caballos pasen.

El otro problema en Moaña con respecto a los caballos de monte está con el uso de las trancas o cepos en las patas. La Policía también ha tenido que acudir en varias ocasiones a los montes de Domaio por denuncias de vecinos por este uso ilegal.