Poner en valor el Monte do Facho a través de una recreación histórica en el mismo lugar que habitaron sus protagonistas. Es la idea hecha realidad por Teatro de Ningures con un texto de Santiago Cortegoso y que solo 100 personas (en reducidos grupos de 25) podrán disfrutar en vivo los dos próximos fines de semana, a la espera de que las nuevas medidas restrictivas de la Xunta lo permitan. El primer pase será mañana a las seis de la tarde, y el sábado habrá otra función a las 12 del mediodía, dinámica que se repetirá dentro de siete días. Las invitaciones se repartieron en la Casa da Xuventude y se agotaron de inmediato, aunque la idea es repetir la experiencia con grupos escolares y público en general cuando la pandemia de Covid-19 dé más tregua, apunta el alcalde, Xosé Manuel Pazos, que como buen amante del teatro se ha volcado en esta iniciativa.

La representación es dinámica y aprovecha las posibilidades de ese majestuoso escenario con vistas panorámicas sobre la ría. El público asistente, provisto de mascarillas y guardando la distancia de seguridad, tendrá que ir cambiando de escenario y siguiendo a los actores, entre el antiguo castro y santuario galaico romano consagrado al dios Berobreo, adonde llegaban peregrinos de otros puntos geográficos para depositar sus aras. Los actores Lois Soaxe, Antía Costas y Omar Ferrín se encargan de darle vida bajo la dirección de Salvador del Río y producción de Teatro de Ningures. En la iniciativa colaboran, además del Concello de Cangas y Ningures Producións, la Diputación y la Xunta, a través de sus planes de dinamización cultural.

Las representaciones de los dos próximos fines de semana deberían servir de prólogo a una programación más "estable" a lo largo del curso escolar, aunque el coronavirus ha trastocado algunos planes. El regidor mantiene la intención de abrirlo a las visitas de la comunidad educativa, en funciones programadas, aunque ni aventura cuándo podrá llevarse ese deseo a la práctica. Abunda Pazos en que es una buena herramienta para rememorar la historia y poner en valor el entorno a través del teatro. Sin olvidar el ejercicio físico que supone subir a esa cumbre de la parroquia de O Hío elegida por los dioses y celebrada por criaturas más terrenales.