Bueu ya tiene piscina municipal. Casi dos años después de que el alcalde de Bueu, Félix Juncal, y la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, colocasen la primera piedra de esta infraestructura, ambos repitieron acto para inaugurar una instalación que, en palabras del regidor buenense, "marcará un antes y un después en el municipio", en lo que denominó "el primer día del Bueu del futuro". La gran aspiración del gobierno buenense en los últimos años es una realidad y como tal fue presentada en sociedad en un acto al que asistieron más de un centenar de personas entre representantes de la Diputación, del gobierno y la corporación buenense, así como ediles de otros municipios limítrofes junto a integrantes del tejido asociativo de Bueu.

Con música de la Banda de Gaitas Manxadoira y siguiendo un protocolo anti-Covid el acto sirvió para vestir de largo una instalación con un coste de 2,8 millones de euros, financiados en su práctica totalidad -el concello únicamente ha aportado unos 45.000 euros de fondos propios- por el ente supramunicipal, lo que hizo que el intercambio de elogios entre ambos organismos fuese la tónica. "Presidenta, contigo todo cambió", espetó Juncal a Silva. "Sin ti no seríamos capaces de haber resuelto esto", añadió. Entre los múltiples agradecimientos -entre los que se incluyó al anterior arquitecto municipal, Fernando Baeza- tuvo un recuerdo especial para el exedil Manolo Otero, "la persona que puso en marcha el área deportiva del concello", y habló de sueños, de una infraestructura no solo deportiva "sino también de salud", y de un espacio "para soñar colectivamente". Juncal apuntó que en su vida personal carecía de grandes ambiciones, "pero como alcalde quiero seguir soñando y el día que deje de soñar, si no es antes, dejaré la política".

En esa misma línea de sueños y respaldando las palabras que anteriormente había pronunciado el arquitecto municipal actual, Javier Antoñón, el regidor rebatió a aquellos "que decían para qué necesitaba Bueu una piscina si ya la había en Cangas y Moaña", y reflexionó en voz alta para preguntarse "y por qué Bueu no puede tener piscina, por qué tenemos que renunciar a ella". El regidor hizo un repaso histórico a la gestación de la piscina, desde la aprobación de la moción para adquirir la actual parcela para construirla. "En 2009 llevamos el primer proyecto al bipartito de la Xunta, pero poco después cesó y quedó en stand-by", afirmó. En 2015 se reactivaron las gestiones con la Diputación, "y ahí hay que agradecer que se cumpliera todo lo que se prometió".

Carmela Silva, por su parte, reconoció estar "emocionada y feliz" y habló de la concepción de la política como "un servicio público, que permita que toda la gente tenga servicios viva donde viva". Recordó que a su llegada al cargo se encontró "muchos concellos abandonados, sobre todo los de menos de 20.000 habitantes", y dijo estar feliz "porque todo el mundo tiene derecho a tener todos los servicios". En esta línea de pensamiento apuntó que "es la única forma de garantizar que la gente pueda quedándose a vivir en los concellos, de evitar el despoblamiento". La piscina, continuó, "es mucho más que una piscina, son principios y valores, de redistribución de recursos, de una forma de actuar transparente y con criterios objetivos".

Al término de los discursos la comitiva oficial se dirigió al interior del recinto, en donde Juncal y Silva descubrieron la placa conmemorativa de la inauguración del edificio, y posteriormente se hizo una visita al mismo con el arquitecto municipal como guía. Este ya había abierto anteriormente el turno de palabra explicando sus esfuerzos para que las instalaciones fuesen ante todo firmes y seguras, útiles y finalmente con una calidad visual. El acto también contó con la proyección de un breve vídeo para dar a conocer las nuevas instalaciones.