Fueron necesarias 24 horas de intenso trabajo para conseguir sofocar y extinguir el incendio ocasionado por un rayo que cayó el jueves por la tarde en el extremo sur de la isla de Ons, un fuego que finalmente según los cálculos de la Consellería do Medio Rural calcinó 3,4 hectáreas de vegetación rasa. El dispositivo para poder vencerlo necesitó la movilización de seis agentes forestales, quince brigadas, vigilantes del Parque Nacional Illas Atlánticas, una motobomba y dos helicópteros, además de los helicópteros con base en O Campiño de Pontevedra y en Silleda. Las fuentes consultadas aseguran que es el cuarto suceso que se registra en este entorno por la misma causa en las últimas tres décadas.

El origen del fuego se debe a una tormenta que se registró a primera hora de la tarde del jueves, durante la cual un rayo impactó en el entorno de Punta Fedorentos, en el extremo sur de la isla y cerca del emblemático mirador del Burato do Inferno. Se trata de una zona de monte raso, con una vegetación compuesta sobre todo por tojo y de complicado acceso. Precisamente el carácter insular de Ons, las dificultades para llegar hasta este lugar y las condiciones meteorológicas, que el jueves impidieron desplegar los medios aéreos, fueron claves para que el fuego se propagase.

Los primeros en acudir al lugar fueron los vigilantes del parque nacional y vecinos de la isla, que en un primer momento consiguieron controlar el fuego. "Pero después el viento roló y se extendió", explicaban algunas de las personas que participaron en las tareas de extinción. Desde el primer momento se tuvo la certeza de que el origen del fuego fue un rayo, una circunstancia que curiosamente se ha repetido varias veces en este mismo entorno. "Con este ya van cuatro incendios en el entorno de Punta Fedorentos ocasionados por un rayo en los últimos 30 años", afirman desde la isla de Ons.

Así ha quedado la zona sur de Ons tras el incendio

Así ha quedado la zona sur de Ons tras el incendio

La mala suerte quiso que el punto de impacto del rayo se quedase, según las primeras estimaciones, a apenas 50 metros del mar y a otros tantos de una pista forestal, donde las consecuencias habrían sido prácticamente anecdóticas. También influyó de manera decisiva que justo dos días antes se retirase de la isla el retén contra incendios de Tragsa que esta disponible durante el verano, un operativo que está compuesto por cinco personas y un vehículo con motobomba.

Las primeras brigadas de Medio Rural no pudieron llegar al lugar del incendio hasta cerca de las siete de la tarde, dos horas después de que se iniciase el suceso. Entre el jueves y el viernes desde Medio Rural se movilizó hasta a una quincena de brigadas de distintos puntos de la provincia y que tuvieron que ser trasladadas en barco. Cada uno de los dos días hubo más de una treintena de personas luchando para evitar la expansión de las llamas, que durante la noche del jueves eran perfectamente visibles desde puntos de Bueu y de la ría de Aldán.

A pesar de esa preocupante imagen que se veía desde el continente al filo de la medianoche del jueves al viernes los servicios de extinción habían conseguido estabilizar el incendio. Es decir, lograron impedir que siguiese avanzando sin control. Las brigadas se esforzaron en "anclar" los frentes a puntos seguros, como los acantilados y pistas forestales, para evitar que continuase propagándose.

Las brigadas continuaron trabajando durante toda la noche para refrescar el terreno y evitar que el viento pudiese reavivar las llamas. La ausencia de viento fue precisamente una de las pocas noticias positivas. "Fue una suerte que apenas soplase porque si no el fuego comenzaba a correr hacia arriba y no habría quien lo parase", afirmaban algunos isleños que conocen bien la zona.

A primera hora de ayer las meteorología permitió despegar a los medios aéreos y los helicópteros con base en Pontevedra y Silleda se sumaron al operativo de extinción, con lo que desde la Consellería de Medio Rural dieron oficialmente por controlado el incendio alrededor de las 11.00 horas.

Las estimaciones apuntan que la zona afectada por el fuego finalmente se quedó en 3,4 hectáreas, según la Consellería de Medio Rural. Aunque se trata de un espacio protegido en el lugar no hay variedades de flora especialmente sensibles. Tampoco es uno de los sitios preferentes de las aves para nidificar, salvo una pequeña zona en la cara este en la que hay colonias de gaviotas. Si las lluvias no generan grandes arrastres de tierra en un plazo aproximado de dos años las consecuencias de este incendio serían ya inapreciables.

La alerta recibida por la Consellería de Medio Rural saltó a las 16.56 horas del jueves. Justo 24 horas después, a las 16.59 horas de ayer, el operativo que se encargaba de la extinción del incendio lo consideraba oficialmente extinguido y los medios comenzaban la retirada.