Empezó la gran prueba de fuego de la pandemia en O Morrazo: el reinicio de los colegios que habían sido suspendidos en marzo. A las puertas de los recintos escolares llegaron desde las 9.00 las familias con los niños. La mayoría de centros organizaron los accesos de los cursos por distintos portales, lo que fue un contratiempo para aquellos padres con pequeños en varios cursos.

De todas formas, la mayoría de los progenitores aseguraron no tener miedo y confiar "en los estrictos protocolos" de los colegios. Solo temen que los pequeños "se agobien antes de tiempo al ver que no pueden jugar con amigos de otras clases". Entre los niños dominó la calma. Sin apenas lloros, todos confesaron tener ganas de regresar al colegiontantos meses después.