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Sacerdote en Moaña a los 46 años

Trabajó en Barreras y en un parking, pero al final Santiago Núñez volvió a su vocación y se acaba de ordenar cura

Durante sus 18 años de vida laica, tras abandonar a los 21 su carrera sacerdotal, Santiago Núñez, como buen moañés, de Domaio, tuvo que ganarse la vida y trabajó en un astillero, en Barreras, ayudando a construir atuneros y después también lo hizo en el parking de los Juzgados de Vigo. Pero Santiago Núñez Fernández siempre tuvo una vocación sacerdotal, aunque a los 21 años, cuando estudiaba en el Seminario Mayor en Santiago la carrera para ser sacerdote, se sintió cansado y abandonó. Llevaba siete años estudiando la carrera, primero en el Seminario Menor de Tui, a donde se fue con 14 años y después en el Seminario Mayor de Santiago, hasta que cumplió los 21.

Tardó casi décadas en darse cuenta de que "me faltaba estar allí en donde tenía que estar" y finalmente este pasado sábado, con 46 años -lejos de aquellos 14 con los que inició el camino para ser cura- se ordenó sacerdote en una ceremonia celebrada en la iglesia de San Martín Pinario, con las limitaciones de aforo debido a la pandemia del Covid-19, en la que también fue ordenado sacerdote el nigeriano Callistus Chidiebere Nwoye. Con ellos se ordenaron tres diáconos Carlos Camiño Lema (natural de Cambeda), Javier Carballo Mouzo (Vimianzo) y Juan Sanjurjo Arias (Arteixo). El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, incidió durante la homilía en la importancia de ser "curas cercanos, que hablen con todos" y y "no burócratas de la pastoral".

Santiago Núñez sí cumple con esa cualidad de la cercanía y se muestra abierto, sin reparos a contar su vida y cómo en un momento dado dejó el sacerdocio porque se sentía cansado. Tras dejar el Seminario, estudió Magisterio y durante los años siguientes se ganó la vida con múltiples trabajos, como un operario más, en Barreras y en el parking de los Juzgados de Vigo. Tenía novia, sueldo y la vida encaminada, dice, pero reconoce que la faltaba algo y en 2013 volvió al Seminario Mayor, en donde permaneció 7 años hasta su ordenación este pasado sábado.

En su familia asegura que no hay antecedentes de curas, "solo un tío que había hecho una especie de curso para ingresar, pero que no siguió"; por lo que apunta más a la educación católica que le dieron sus padres, con misa y catequesis. También admite que le influyó la figura del Papa Juan Pablo II, que con 8 años veía en televisión, aunque no entendía mucho su mensaje debido a su corta edad; "pero me marcó, como, igualmente, el ejemplo de trabajo y entrega" de los sacerdotes José Campelo, de Domaio; y Donato Bernárdez, de Moaña.

No puede decir que volvió al sacerdocio porque no le gustara la sociedad laica en la que vivió como uno más, sino que le faltaba algo: "No vi cosas que no me gustaran; el mundo en el que vivimos es apasionante y muy bonito; pero me faltaba estar allí donde tenía que estar, de sacerdote. y para eso no hay edad. Esa era mi vocación. Uno tiene que optar por aquello que le gusta y en donde se va a sentir realizado". Insiste en que "el mundo es algo muy bonito y como cristianos no es algo a lo que haya que renunciar, al contrario, el mensaje cristiano hoy, más que nunca, es una aportación muy positiva para la sociedad porque estamos hablando de hacer bien al prójimo y amarnos unos a los otros, que hace falta".

Santiago Núñez tiene claro que él es sacerdote diocesano "que me debo a lo que mis superiores, en este caso el obispo, necesiten. Según las necesidades que el obispo vea, ahí me iré, sin preferencia. Estamos llamados a ir donde nos manden y allí estaré bien". Por lo de pronto, su primera misa será este domingo, , a las 20:00 en la iglesia de Santa María del Puerto. La elección se debe a que se trata de una iglesia con espacio suficiente para cumplir con las medidas de distanciamiento del Covid-19 y por su amistad con el párroco al que conoce desde su anterior etapa en el Seminario Mayor.

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