Las playas de Rodeira, Areabrava y Nerga cuentan desde ayer con servicio de socorrismo, que se prolongará hasta mediados de septiembre entre el mediodía y las ocho de la tarde. Pero el Concello de Cangas ha tenido que renunciar, al menos de momento, a dotar también de este servicio al arenal de Melide, el más alejado del centro urbano, así como a los de Liméns o Menduíña, que estaban en su lista de prioridades si lograba cubrir las 15 plazas convocadas para este verano. La escasez de candidatos y la renuncia de algunos que ya habían superado las pruebas ha dejado la lista en solo nueve efectivos, que deberán turnarse en las tres playas principales con dos socorristas de guardia cada día y uno de descanso. Aunque el gobierno local ha hecho una nueva solicitud al Servizo Público de Emprego para ampliar la dotación de personal, no hay garantías de que la oferta fructifique y que Melide -y menos aún Liméns o Menduíña- puedan contar con servicio de socorrismo en esta temporada estival.
Los responsables municipales, que renunciaron este verano a izar las ocho banderas azules concedidas por la asociación Adeac, prefieren tener pocas playas bien atendidas que muchas en precario y argumentan que los problemas de personal vienen de lejos y no están vinculados a los plazos de convocatoria, sino a la posibilidad de las personas candidatas a elegir destino si superan las pruebas en distintos municipios. Este año no ha sido diferente y han padecido la renuncia de varios socorristas que han optado finalmente por trabajar en otros concellos, ya sea por razones de proximidad a sus domicilios, económicas o laborales.
En un año "atípico", la renuncia a las banderas azules y la reducción del número de socorristas se suman a las limitaciones de acceso rodado a las playas de personas que no tienen algún vínculo con el municipio. Tampoco se han contratado patrones porque no habrá embarcaciones en las playas, al contrario de otros años, y el servicio se prestará solo desde tierra. Para cubrir la asistencia en el mar se contará con la colaboración de Salvamento Marítimo que es, tal y como señala el responsable del Grupo Municipal de Emerxencias-Protección Civil, Cesáreo Coya, quien tiene realmente las competencias. En el puerto de Cangas tiene base la Salvamar Mirach.
Las medidas derivadas de la pandemia de covid-19 que obliga a desviar recursos para atender a sus consecuencias no afectan al balizamiento de playas, pues una treintena de las 38 que bordean el municipio - todas excepto Lagoelas, en la ría de Aldán, Praia dos Alemáns, en la ría de Vigo, así como pequeñas calas dispersas por el litoral de O Hío- contarán con este servicio desde mediados de la próxima semana, cuando empezará a instalarlas la empresa ServiSub, del Grupo Roslev. El Concello reserva para ello 38.100 euros, la misma cuantía que en años anteriores, y advierte que la ausencia de balizamiento no exime a los titulares de embarcaciones -cada vez más numerosas por la prohibición de fondear en el Parque Nacional das Illas Atlánticas- de mantenerlas por fuera de los 200 metros de la línea de costa.
Fecimo pide acceso a playas
Por otra parte, la Federación de Comerciantes e Industriais do Morrazo (Fecimo) solicita al Concello de Cangas que se permita a los clientes del comercio y la hostelería de la localidad acceder en coche o moto a las zonas de playa restringidas. Entienden la necesidad y la dificultad de establecer criterios de controles de acceso, pero no son partidarios de establecer el de residencia. Recuerdan que su filosofía es defender O Morrazo como un territorio, "y los criterios localistas no encajan en ese planteamiento". Pese a todo, Fecimo "respeta las decisiones tomadas por el Concello en una situación de excepcionalidad" y abren la puerta a debatir alternativas para próximas temporadas. Mientras, pide los mismos beneficios para todos los clientes.
