En Cangas, el programa de campamentos, denominado Enredos de Verán, se puso en marcha con 50 niños, de 3 a 12 años de edad, repartidos en los colegios de Espiñeira, Castrillón y San Roque, tal y como confirma la concejala Ingrid Loredana. En Espiñeira, en Aldán, hay un grupo de 12 niños y tres monitores; en Castrillón, en Coiro, dos grupos de 9 en cada uno y 5 monitores; y en San Roque, en Darbo, otros dos grupos de 10 niños cada uno, con 5 monitores. Al frente del campamento están estos 13 monitores contratados por el Concello, 9 de los cuales ya trabajaron el año pasado, pasando unas pruebas que eran válidas para dos años.

Miguel Queimaño es el coordinador de los monitores en Cangas. Asegura que todos los niños, incluso los menores de 6 años que no están obligados, llegaron con su mascarilla y los mayores se mostraron muy concienciados en su uso. Los monitores les toman la temperatura y organizan juegos que este año buscan hacer menos piña para favorecer la distancia social contra el contagio. Los niños en Castrillón y en San Roque están en grupos por edades y lo que se intenta es que todos puedan disfrutar de los espacios del centro, pero evitando coincidir. El año pasado, cuando el virus era impensable, los niños iban a la playa, pero este verano no, para evitar lugares con concentración de personas, aunque los monitores están pensando en poder organizar algunas salidas por los alrededores de los centros. Tampoco hay comedor y el campamento es solo de 9.00 a 14.00 horas.

En Moaña, el campamento empezó con 24 niños, en el colegio de Quintela, tal y como señala la edil María Ortega. Había la posibilidad de hacerlo también en el colegio de Domaio, pero solo se anotaron 3 niños, por lo que se les dio la posibilidad a la familias para acudir a Quintela y aceptaron. Como han quedado tres plazas libres, el Concello está estudiando abrir un segundo plazo de inscripción, pendiente del informe de Secretaría y del Oral. Tampoco en este campamento hay comedor -sí Plan Madruga a las 8 de la mañana- y se cumple el protocolo de mascarilla, toma de temperatura y lavado frecuente de manos. Las familias también firman una declaración responsable de que no hay positivos en su hogar.