Mucha incertidumbre, si no directamente pesimismo. Con estos sentimientos afronta la flota de Bueu la apertura de la campaña del pulpo después de una atípica veda que, a causa de la incidencia del coronavirus, se ha circunscrito únicamente a un mes, el de junio. Entre 60 y 70 embarcaciones de la Cofradía de Pescadores San Martiño de Bueu se echarán al mar a partir de las 5 de la madrugada para capturar uno de los productos estrella del cabildo buenense, con la esperanza de que el parón le haya servido al recurso para recuperarse y paliar la caída tanto en las capturas como en los precios que se ha dado en este 2020.

"Empezamos con inseguridad, porque hasta que no se vaya al mar no sabremos cómo se presenta esta campaña", reconoce el patrón mayor de la cofradía buenense, José Manuel Rosas. Sin embargo, los indicadores que conocen los marineros no presagian que haya habido grandes cambios con respecto a la situación anterior al paro de la flota. "Una de las claves que tenemos para conocer el estado del recurso es si viene mucho pescado comido en los aparejos y ahora no se detecta eso. Podemos confundirnos, pero no parece que la campaña sea como para echar cohetes", lamenta.

Con todo Rosas reconoce que el comportamiento del pulpo es "tan peculiar que nunca se sabe cómo va a ser, y ya ha habido momentos de pasar de cero a cien, de empezar fatal y tener una temporada formidable y viceversa". Una de las cuestiones que determina su comportamiento, apunta el patrón es la búsqueda del plancton en determinadas fases de su desarrollo, "que hace que se desplace tras él y que eso pueda trasladarlo a otras comunidades o países".

De todos modos, parece improbable que puedan repetirse las cifras de 2015 y 2016. "Fue una campaña atípicamente buena, bestial, de cubrir la cuota todos los días", recuerda, antes de centrar su atención en la que comenzará hoy mismo, "que no tendrá un inicio muy bueno,pero ni en la Ría de Pontevedra ni como me han dicho en otros lugares de Galicia como la Ría de Vigo, el norte o el entorno de Cíes". Las cuotas máximas diarias establecidas durante los meses de julio y agosto son de 30 kilos por tripulante embarcado y de otros 30 por embarcación, aumentándose a 50 kilos a partir del verano. Antes del parón las capturas en Bueu fueron de 40.335 kilos con unos ingresos de 309.573 euros y un precio medio de 7,68 euros, lejos de las cifras de los últimos años, con un rendimiento económico en torno al medio millón de euros en los seis primeros meses.

En cuanto a la campaña de la nécora, que también se inicia hoy, la incidencia en Bueu es mucho menor, con únicamente seis o siete barcos que faenarán para capturar este producto.

En Cangas la previsión es que salgan 15 barcos de pulpo y 12 de nécora. En esta cofradía las ventas de pulpo en la anterior campaña supusieron unos ingresos de 133.951 euros. Se capturaron 16.397 kilos de cefalópodo con un precio máximo de 12,50 euros y un mínimo de 5,80. En cuanto a la nécora, se capturaron 5.745 kilos por importe de 121.699 euros. La nécora llegó a un precio máximo de 70 euros el kilo en 2019 y de 35 en 2020, mientras que el mínimo fue de 9 y 15, respectivamente.