La mitad del dique de abrigo para el muelle de bateeiros de A Mosqueira, en el centro de Moaña, es ya una realidad. Ayer los operarios de la empresa contratada por la Consellería do Mar, -Construcciones López Cao- bajó al mar y trasladó a su posición final los primeros cinco bloques flotantes de hormigón. El primero de ellos había sido instalado a última hora de la tarde del martes y a primera hora de ayer comenzaron las complejas operaciones para bajar el segundo. Al mediodía, cuando fondearon el tercero, el muelle atrajo a muchos curiosos. Algunos de ellos estaban practicando la pesca recreativa, otros faenando en el sector mejillonero y otros simplemente paseaban por la zona cuando se encontraron con el despliegue.

Por la tarde se bajaron de la dársena al mar al menos otros tres bloques, dos de ellos llegados ayer mismo en transporte especial desde la nave de la empresa en la parroquia de Buño (Malpica de Bergantiños). Cada trayecto del transporte especial se prolonga entre 8 y 10 horas, incluyendo un parón para cruzar por Pontevedra hasta que reciban el permiso. El séptimo y último bloque deberá llegar el lunes para que la próxima semana el dique de abrigo entre en funcionamiento después de meses de trabajo en la nave y de 10 años de estudios por parte de la Consellería do Mar y Portos de Galicia para lograr solventar el problema que generan los lodos en los fondos del entorno del muelle moañés.

Cada módulo de hormigón pesa 78 toneladas y mide 5 metros de ancho por 20 metros de largo. Todos ellos están rellenos de polispán para salir a flote, dentro de una pared de 10 centímetros de hormigón. En total el dique de abrigo, cuya forma ya se empieza a atisbar, contará con 140 metros de longitud y la cimentación se realiza mediante líneas de fondeo formadas por una cadena de 40 milímetros.

Para bajarlo del muelle al agua los operarios emplean una grúa con capacidad para levantar 300 toneladas. Varios trabajadores enganchan en ocho puntos distintos la grúa y prueban en varias ocasiones antes de proceder a levantar el módulo para comprobar que todas las cadenas se tensen a la vez, para repartir el peso. Después la grúa levanta la mole de hormigón un par de metros desde el suelo para depositarla poco a poco en la lámina de agua. Una vez flotando se suben varios operarios para retirar las cadenas y con ayuda del barco remolcador "DSV Commander" desplazan el bloque hasta su emplazamiento final, en donde se puede ver ya la barrera con rayas de color amarillo y negro que va formando el abrigo.

La obra, financiada por la Xunta de Galicia asciende a 678.000 euros y permitirá mejorar el hasta ahora precario abrigo del principal muelle de bateeiros moañés ya durante el próximo invierno. Esta actuación es además la primera fase, pues la segunda consistirá en la instalación de un pantalán flotante en la lámina de agua interior de A Mosqueira, aprovechando el nuevo abrigo. Será un pantalán en forma de "T" que parta de la mitad de la dársena actual y que garantizará al menos otros 15 amarres.

Con estas dos actuaciones la Consellería do Mar espera poner fin definitivamente al gran problema de falta de espacio que arrastra el sector mejillonero moañés desde hace muchos años. En la práctica los bateeiros están obligados a abarloar sus balandros en varias filas, lo que implica retrasos a la hora de comenzar a faenar y también daños en los cascos cuando hay oleaje intenso. Además, esta falta de espacio hace que muchos armadores deban amarrar sus barcos en otras zonas del litoral moañés como el entorno del muelle de pasajeros o en los alrededores de los pantalanes de pesca de bajura de Meira.

Se colmaría así una de las demandas más antiguas del sector del mar en Moaña, siendo la otra la dotación de un abrigo en el muelle de Domaio, cuyos usuarios deben trasladar sus balandros a San Adrián (Vilaboa) los días de más viento y oleaje.

Portos de Galicia, además, está finalizando el complejo dragado del muelle de Meira con la retirada de 14.000 metros cúbicos de arena para que la profundidad alcance los 2 metros en toda la superficie, evitando así los problemas de navegación durante la bajamar.