Los murciélagos han quedado señalados como los causantes de la pandemia del Covid-19, provocada por el coronavirus tipo 2 del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-COv-2), en inglés de Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2. La Organización Mundial de la Salud (OMS) rechazó, por el genoma, que el virus procediera de un laboratorio, y apuesta por un origen animal, que el reservorio natural de este virus son los murciélagos y que de allí llegó a una especie intermedia desde la que saltó al hombre. Pero aún no está confirmado el origen exacto de la pandemia. Los estudiosos de los murciélagos defienden a este mamífero. Reconocen que el virus más parecido al genoma el SARS-CoV-2 es el del virus RaTG13, aislado de un murciélago de herradura pero también que ambos virus se separaron hace más de 50 años. La Asociación Drosera para el estudio del medio natural, con sede en As Pontes y nacida en 2004, lleva años investigando las poblaciones de murciélagos en Galicia y en concreto en O Morrazo realizó un trabajo sobre la colonia de la especie Myotis beschsteinii. El biólogo Roberto Hermida es secretario y miembro fundador de Drosera.

-¿Estamos seguros ante estos mamíferos?

-Sí, lo estamos. Para empezar,y aunque se haya repetido hasta la saciedad que el SARS-Cov-19 proviene de murciélagos, no hay ninguna evidencia científica que lo respalde. El contagio del Covid se produce de humanos a humanos y es ahí donde se deben focalizar el problema y las precauciones. Del origen de la pandemia, de momento no se ha conseguido saber nada. El origen evolutivo del virus parece que lo relaciona con un virus que está presente en murciélagos, pero ambos se han separado evolutivamente al menos hace 60 años, por lo que esto no nos dice nada sobre el origen del virus SARS-Cov-19.Los murciélagos, al igual que otras especies silvestres, pueden transmitir algunas enfermedades, es cierto. En Europa, por ejemplo, algunas especies son reservóreas de la rabia. Pero para que nos la contagien tenemos que agarrarlos con la mano y que nos muerdan. Una precaución tan básica como es no agarrar un murciélago con la mano (sobre todo con la mano desprotegida) nos pone a salvo. Lo mejor que podemos hacer con los murciélagos es dejarlos tranquilos. Lo verdaderamente peligroso sería plantear un mundo sin murciélagos, pues cumplen funciones esenciales en los ecosistemas.

- Un trabajo de los biólogos Javier Juste Ballesta, Antonio Figueras Huerta y Juan Echevarría Mayo (investigadores en Doñana, CSIC e Instituto de la Salud Carlos III, respectivamente) consideran injusta la acusación al murciélago.

-No es que sea injusta, es que hoy por hoy, no hay ninguna evidencia científica. Se han repetido medias verdades y, como dicen estos autores, se han mezclado conceptos, como origen evolutivo y origen epidemiológico. Los ciclos vitales de los virus pueden ser muy complejos y aunque a los humanos nos gusta establecer relaciones causa-efecto simples y directas, fáciles de entender, la realidad no siempre funciona así. Es posible incluso que el virus lleve tiempo en humanos, con una capacidad infecciosa y contagiosa más baja.

-¿Cuándo y por qué se vinculó la pandemia al murciélago?

-Vienen porque el virus genéticamente más parecido que conocemos se encontró en una especie de murciélago presente en el sudeste asiático. Pero aunque son muy parecidos, no son el mismo virus. Lo único que nos indica esto, es que ambos virus tienen un ancestro común, del que parece que se separaron hace 50-70 años. Esto, que puede parecer poco, en la vida evolutiva de un virus con alta capacidad de mutación, como son los coronavirus, es un montón de tiempo. Dónde ha estado desde entonces este virus y cómo y cuándo ha llegado a los humanos, eso no lo sabemos todavía.

-¿Cómo va a repercutir todo esto en la preservación del murciélago, por cierto un animal que ya no era bien visto?

-Efectivamente, los murciélagos han sido muy maltratados por muchas culturas. Su modo de vida asociado a la oscuridad, probablemente tenga mucho que ver. Eso y que tradicionalmente se haya sabido muy poco sobre ellos (por sus hábitos nocturnos y discretos) ha dado lugar a la especulación y a la aparición de mitos. Que se les haya acusado de ser los causantes de esta pandemia ya ha traído consecuencias para algunas colonias de murciélagos del sudeste asiático y sudamérica, por ejemplo. Y va dejando en la ciudadanía un poso de especies indeseables que, además de ser injusto, es peligroso, pues necesitamos a los murciélagos.

-Un apicultor destacó estos días la importancia polinizadora de las abejas y entre otros animales, de los murciélagos. ¿Son beneficiosos?

-Cumplen funciones esenciales en nuestros ecosistemas. Las especies europeas, por ejemplo, son insectívoras y son los grandes reguladores de las poblaciones de insectos, junto con las aves. Esta función se ha valorado económicamente y las cifras son astronómicas, pues dónde los murciélagos no regulan las poblaciones de insectos algunos acaban volviéndose plagas agrícolas o forestales que hay que combatir de otros modos, con un enorme coste económico y ambiental. Son piezas fundamentales en el mantenimiento de los ecosistemas, sin los cuales la vida se haría muy dura para los humanos. En otras latitudes los murciélagos actúan como dispersantes de semillas o como polinizadores. Su papel en el mantenimiento de los bosques tropicales ha sido evidenciado en muchos estudios. Incluso con repercusiones sociales y económicas: la planta a partir de la cual se elabora el tequila, por ejemplo, es polinizada por murciélagos. Sin murciélagos no habría tequila.

-¿Falta investigación sobre los virus en animales?

-Si, desde luego. Eso ya lo hemos vivido antes, por ejemplo, con el ébola, otro virus que se les cargó a los murciélagos y del que no se conoce todavía el reservóreo en la naturaleza. Merlin Tuttle, un investigador estadounidense, ha llegado a afirmar que si no se ha encontrado el reservóreo del ébola es, en parte, por la obsesión por buscarlo en murciélagos. El caso es que queda mucho por saber sobre los ciclos de los virus en la naturaleza y ya hemos visto que invertir en investigación puede ahorrar mucho dinero. Pero no solo hace falta investigar, también hace falta que se tengan en cuenta los resultados de esas investigaciones. La bomba de relojería que entrañaban los coronavirus del sudeste asiático había sido puesta de manifiesto ya en años pasados por distintas investigaciones y, por lo visto, no ha servido de gran cosa. A veces tenemos información valiosa y no se le presta atención.

- ¿En qué situación está el estudio que habían elaborado en 2012 sobre el murciélago de Beschstein en O Morrazo?

-En los Chans de Cela hay una población de una de las especies de murciélagos más amenazadas de Europa, Myotis bechsteinii. La principal amenaza para la conservación de esta especie es que se están talando las pocas carballeiras que quedan y con ello se destruyen sus refugios y su hábitat de alimentación. La situación en Cela es crítica. Hemos advertido a la Xunta y, a pesar de tratarse de una especie incluida en el Catálogo Galego de Especies Ameazadas nos dicen que no pueden hacer nada.Es otro ejemplo de cómo la información disponible (con el estudio que hicimos conocemos sus refugios principales y sus zonas preferentes de alimentación) no sirve para nada, porque incluso la administración responsable de la conservación de la naturaleza mira para otro lado. Nosotros, junto con Anduriña, compramos hace años una parcela de bosque con la intención de poner nuestro granito de arena a la conservación de ésta y otras especies que dependen de esas carballeiras. También hablamos con la comunidad de montes y mostró buena disposición para para conservar las carballeiras que están en monte comunal. Pero nos hace falta financiación.

-Como estudiosos de los murciélagos ¿han sufrido virus?

-Somos personal de riesgo pues estamos expuestos a mordeduras y por tanto tomamos medidas de protección, como usar guantes adecuados y vacunarnos frente a la rabia. Ahora se está valorando que quizás debamos mejorar las medidas de protección para proteger también a los murciélagos de nosotros. No se sabe, por ejemplo, si podemos transmitirles el SARS-Cov-19 y que efecto puede tener sobre ellos.