La mesa de diálogo inaugurada ayer supone en sí misma un gran avance después de la tensión acumulada durante los últimos días, con reproches y críticas entre bateeiros y percebeiros. Los dos sectores representan una parte importante de la riqueza marítima de Galicia y están condenados a entenderse puesto que comparten zonas de trabajo, aunque a veces con intereses claramente contrapuestos.

Este nuevo episodio de tensión comenzó la semana pasada, cuando mejilloneros de Arousa acudieron al entorno de Cabo Home y la Costa da Vela para extraer mejilla para su posterior cultivo. El problema es que se trata de lugares donde también crece el percebe y la extracción de la cría del mejillón puede dañar el sustrato sobre el que crece este marisco. La agrupación de percebeiros de Cangas esgrime que esta zona está reservada desde hace décadas gracias a un "pacto de caballeros" con los bateeiros de O Morrazo. Mientras, algunos de los mejilloneros desplazados en los últimos días a la zona les acusaban de querer comercializar ellos mismos esa mejilla, algo que el sector del percebe desmiente de manera tajante.

El desencuentro entre ambas partes obligó a movilizar un amplio dispositivo de seguridad ciudadana de la Guardia Civil, que durante esta semana tuvo que montar controles de entrada a la aldea de Donón, punto de acceso a la Costa da Vela. Después de la jornada del lunes, en la que se permitió bajar a las rocas a seis mejilloneros, la situación se ha calmado puesto que las condiciones del mar y las mareas impedían trabajar a los dos sectores.