Dos días antes de que entrara en España el estado de alarma, la Xunta decretaba el cierre de la hostelería, además de parques infantiles. Ayer se cumplieron quince días de esta orden que provocó colas en los supermercados, farmacias y estancos. Las Policías de Cangas, Moaña y Bueu tuvieron que intervenir para cerrar varios establecimientos que hacían caso omiso al decreto. Las aglomeraciones que se pretendían evitar se sucedían en los supermercados, donde la gente se hacía acopio de comida. Fue un sábado en el que las calles aparecían desiertas y en los paseos marítimos, como el de Rodeira, la presencia de gente no era la habitual de otros sábados de buen tiempo, en el que para algunos ya empezaba el confinamiento. Fue cuando se hizo oficial que la Semana Santa de Cangas no se iba a celebrar y cuando en la zona de playas en Bueu se colocaron carteles contra la presencia de madrileños. En ese momento había cuatro miembros de una familia de Moaña infectados, aunque solo uno de ellos en la UCI y que ya está en planta y los restantes, de alta.

Este pasado viernes hubo el primer fallecimiento por el virus en O Morrazo, una mujer de 84 años con patologías previas, de Cangas.