Pilar García y Benito Mariño son dos profesores, ella de Infantil en el colegio cangués de San Roque y él de Plástica en Secundaria en el Instituto A Paralaia, de Moaña. Naturales de Madrid y de Pontevedra, respectivamente, viven en Cangas desde hace más de veinte años y son usuarios fieles del Auditorio de este municipio que ven todos los días desde las ventanas de su vivienda, un segundo piso frente al inmueble en la avenida de Lugo.

Pudieron comprobar con tristeza cómo este confinamiento debido al coronavirus clausuraba toda vida social y hacía sucumbir la del auditorio al que acudían a toda su programación de cine o teatro, y al que han querido devolver a la vida. Por eso que al poco de comenzar el confinamiento y cuando empezaron los homenajes, a las ocho de la tarde, con los aplausos desde los balcones al personal sanitario y a todos los que combaten esta pandemia, decidieron empezar también a proyectar desde la ventana de su piso y contra la fachada del auditorio películas y vídeos como Galicia desde el aire o el que acaba de realizar el Concello, para los vecinos, al principio como cine mudo, pero ya desde ayer estaba previsto con sonido. La imagen proyectada ronda los cuatro metros de tamaño.

Pilar asegura que la idea partió de su marido Benito Mariño. Lo hacen de la forma más rudimentaria, con un ordenador y un cañón atado al radiador para evitar que caiga a la acera, pero con mucho ingenio y respeto por lo que supone este Auditorio y elogio a su director Juanjo Pérez que ayer agradecía la iniciativa y a todos los que trabajan en estas dependencias: "Un maldito virus clausura as portas do Auditorio pero nada pode fronte a enerxía, imaxinación e sensibilidade dos veciños da Avenida de Lugo. Meus parabéns e que continue a programación".

Benito Mariño asegura que mientras dure el encierro "vamos a mantener vivo el corazón del Auditorio, porque es un punto muy emblemático y aunque no haya vida social, sigue vivo".

Las sesiones de cine comienzan tras los aplausos y la sesión de música que unos vecinos de la zona pinchan y que ya se ha hecho rutina. Después, sobre las 21:30 horas, arranca este cine al aire libre y desde casa. La primera proyección que realizaron fue la película de cine mudo "El bombero de Chaplin". Cada día eligen la película y se la comunican a sus vecinos visionando también el nombre en tamaño gigante contra la pared. Ayer, por ejemplo, anunciaron el corto "Padre e hija", de Michael Dudok.La cartelera es variada y así en el Día del Padre se pudo ver l"La Pantera Rosa y papá" . Ahora quieren contactar con los vecinos que ponen la música para coordinar con ellos la proyección, también contra el Auditorio, de vídeos de los cantantes que vayan a pinchar.

Como asegura este matrimonio, que tiene una hija que cumplió 22 años en este confinamiento y un hijo sue posiblemente cumpla sus 20 también en este encierro, esta situación, aunque triste, ha permitido un reencuentro a nivel familiar, que se ha hecho extensivo a nivel del pueblo ya que "estamos más atentos con las personas y nos socializamos más". Claro está que Benito Mariño tiene claro que cuando esto pase, el mundo será diferente.