Decisión dolorosa para la Coordinadora de la Semana Santa de Cangas, integrada por las cinco cofradías, y el párroco de la localidad. Severo Lobato. A última hora de ayer se reunían de urgencia, con representantes de Cáritas parroquial, San Vicente Paúl y de la Adoración Nocturna para decidir qué hacer con los actos religiosos programados ante el cambio de escenario por la expansión del coronavirus. Casi con lágrimas en los ojos, la coordinadora comunicaba la decisión de tener que suspender la procesión de San José, que se iba a celebrar este próximo jueves, día 19, así como la de la Virgen de los Dolores, fiesta local en Cangas, que estaba previsto para el día 3 de abril. Son decisiones que no se recuerdan, salvo por la lluvia, y supone un antes y un después en la celebración de la Semana Santa canguesa, que es Fiesta de Interés Turístico de Galicia.

Pero las suspensiones no se quedan en estas procesiones, sino también se ha cancelado el pregón de la Semana Santa, programado para el viernes día 21, y que iba a protagonizar el párroco de Coiro, Benito de la Iglesia, en la excolegiata.

De igual forma se ha suspendido el traslado de la Virgen de los Dolores, que se iba a celebrar el día 25 de marzo, y que es el que marca la proximidad de la Semana Santa y que supone llevar en procesión a la Virgen de los Dolores, desde la casa de la camarera de la Hermandad de los Dolores que la guarda todo el año, en el Eirado do Señal, hasta la excolegiata, por diferentes calles del casco histórico, para que la imagen de la Virgen permanezca en el templo durante toda las celebración de la Semana Santa.

Entre los actos suspendidos está igualmente el besamanos de la Virgen, programado para el día 26.

Ahora será decisión de la Hermandad de los Dolores si se mantiene el septenario de la Virgen y la misa solemne.

Por el momento no han trascendido más cancelaciones, a la espera de ver cómo evoluciona la situación de contagios del virus que está echando el cierre a la práctica totalidad de las actividades en los municipios de la comarca.

El párroco de Cangas ya estaba aplicando algunas medidas preventivas en la iglesia, con la retirada del agua bendita y la supresión del rito de darse la paz estrechando las manos. El pasado lunes ya anunciaba que no descartaba cambios en el programa de la Semana Santa según iba evolucionando la situación.