El caso de los conductores que aparcan en alguna de las rampas al mar del centro urbano de Moaña no para de repetirse. El 24 de diciembre, Nochebuena, un vecino vio como el mar se tragaba prácticamente entero su coche, un modelo de la marca Mercedes.

El vehículo estaba aparcado en la zona baja de la rampa durante la bajamar. Unas horas después quedó cubierto de agua casi hasta el techo, lo que ocasionó numerosas reacciones de todos los que paseaban por la alameda. Hasta la zona se desplazaron efectivos de la Policía Local.