Completaríamos esta muestra paleoclimatológica acudiendo a documentos parroquiales donde se registran rogativas en honor del santo patrono del lugar, ceremonias religiosas cuyo origen se pierde en el tiempo, señalan siempre los malos años agrícolas, determinados por las alteraciones climáticas.

Las rogativas eran procesiones donde sacaban los santos solicitando la piedad rogando el cese de las lluvias o bien la necesidad de ellas, pidiendo siempre una climatología más propicia.

Algunos, siendo muy niños, recordamos todavía en casa de nuestros abuelos la presencia de alguna imagen que debía protegerles contra las tormentas. La Cruz de Carabaca, por ejemplo, debía defenderles no solo de los envidiosos sino de tempestades y rayos. Otra de estas divinidades protectoras era una estampa de Santa Catalina o la del santo tudense San Telmo, que además de patrono de cofradías de marineros, también lo era de las riadas y desbordamientos. Recuérdese que, según la leyenda, preservó de su destrucción el puente de La Ramallosa de una devastadora riada. Hoy, todavía en muchas familias persiste la costumbre de guardar en casa, unas ramitas de olivo de la última Semana Santa que nos deberán proteger de los rayos y tormentas u otra malquerencia.

Conclusión

El noruego Ivar Giaever, Premio Nobel de Física de 1973, afirma que "el clima siempre está cambiando, lo hace en todas las partes de la Tierra y nosotros no podemos hacer nada al respecto". Continúa diciendo que, este tema tan candente hoy, se ha puesto de moda y no es oportuno discutirlo pues se ha convertido casi en una religión. Siguiendo sus afirmaciones señala que si bien es verdad que en el Polo Norte se produce deshielo por tibieza del clima, los "alarmistas" ocultan, interesadamente, que en el Polo Sur, hay cada vez más frío. Concluye el premio Nobel diciendo que el tan denostado CO2 es imprescindible para el crecimiento de las plantas, agricultura y en los invernaderos se usa para un mayor crecimiento de los cultivos.

Por otras publicaciones extraemos que hoy, los jóvenes siempre manipulables y los políticos siempre interesados oportunistas, convirtieron la teoría del cambio en una verdadera religión condenando de anatema al negacionista.

Afirman los negacionistas que la inmensa mayoría desconoce que detrás de todo este chiringuito salido de los despachos de una institución inútil como la ONU, hay intereses económicos que se nos escapan. Ignoran que estas asociaciones defensoras del "calentamiento" esperan recibir el aporte de sustanciosas cantidades de dinero. ¿Es serio que una adolescente llamada Greta Thumberg esté al frente de todo este movimiento?

Por nuestra parte diremos que el autor de este artículo no es ningún científico, por tanto, no se decanta por ninguna de las teorías, no es su labor. Lo único que pretende es contar, exponer lo que documentos y actas señalan de la meteorología de hace poco más de dos centurias.

De todas maneras, a tenor de lo expuesto arriba se podría afirmar que Galicia, debió tener un clima más frío y lluvioso que el que goza actualmente, no se debería descartar la evidencia que por aquel entonces, esta comunidadgallega estaría pasando por una anómala situación climática de ¿posible enfriamiento?