"Estamos trabajando en un texto común". Esta es la frase con la que los miembros de los equipos de negociación salieron de la primera reunión multilateral (ACE, PSOE, BNG y Avante!) para formar un gobierno cuatripartito. Tras dos horas de reunión (comenzó a las 19.30 horas y terminó a las 21.00 horas) y a falta de dos días para que se cumpla un mes de las elecciones, lo único claro en Cangas es la investidura y la voluntad política que, como en el servicio militar la valentía, se supone. No hay ni siquiera atolladero ni tampoco líneas rojas marcadas por ningún partido político.

En dos horas de trabajo los grupos políticos presentaron aportaciones de programa, pero nadie es capaz de indicar qué es novedad en este déjà vu. Un texto común, que se supone no sería demasiado difícil de redactar porque hay una cuestión de mínimos en la izquierda que se saben de antemano. Los grupos hicieron ayer sus aportaciones, pero nada se trasladó a la opinión pública (que son ustedes) de su contenido. Solo que que se está trabajando para alcanzar un programa de gobierno y que esta comisión negociadora volverá a reunirse hoy a la misma hora: 19.30 horas. Sin los primeros espadas (excepto el BNG. Mercedes Giráldez sí estuvo presente) de los partidos en esta negociación a cuatro bandas, este texto común se deja en manos de los partidos, que quiere cobrar protagonismo frente a los concejales elegidos por el pueblo, que son los que van a gobernar y a quién se les exigirá. Pero curiosamente todos están de acuerdo en esta estrategia de segundos, que valdría si es para preparar una reunión de los primeros espadas. Pero no hay intención.

Se insiste en que lo primero es el programa conjunto, que esa es la prioridad y que después vendrá el resto. Pero la experiencia de otros años nos dice que la diferencia el "me quedo" o el "me voy" la marcan otras cosas: el reparto de las concejalías o las dedicaciones exclusivas. El ejemplo lo tenemos muy cercano: Moaña. Fueron capaces de elaborar un texto en común pero se atoraron en el momento del reparto del pastel.

Así la cosa, Cangas sigue con las concejalías paradas y el alcalde Xosé Manuel Pazos (ACE) sin poder delegar sus funciones, ni de forma provisional.

Tampoco hablaron los negociadores de los cuatro partidos de lo que se presenta como la verdadera novedad en esta fase de llegar a acuerdos: el reglamento de funcionamiento interno del gobierno. Se asegura que será cuando se ponga fin a la fase de programa. Pero ya se escucharon algunas discrepancias, mejor dicho se leyeron en las redes sociales. Se trata de un documento que otorga al alcalde un mayor poder para coordinar la política de gobierno y las concejalías, para impedir que se repitan fallos del pasado cercano. Ni siquiera está previsto que en la reunión de hoy se alcance esta meta. Mientras, el Concello de Cangas se sostiene con los trabajadores municipales que no pueden adoptar decisiones políticas. Pero no parece que nadie tenga demasiada prisa, ni aquí ni tampoco en Moaña ni en Bueu.