Se acabó el curso y lo hace con la entrada del verano. Hubo suerte para aquellos colegios que tenían previsto despedir el curso con fiesta de la espuma, porque pudieron hacerlo con un sol que apareció en la jornada de ayer, de transición a la borrasca que se avecina, que nos volverá a empapar de lluvia.

Los estudiantes disfrutaron todo lo que pudieron de estas jornada festiva. No hizo falta llegar a la espuma, antes ya disfrutaron de festivales y de juegos que los entretuvieron durante la mañana. Durante casi tres meses no volverán a soportar ese olor a aula que se pega a la ropa de los colegiales, lleven o no uniforme, y de la que tanto cuesta deshacerse. Quizás la fiesta de la espuma que tanto éxito tiene entre los estudiantes se deba a esta circunstancia.

Los libros se aparcarán durante una temporada, aunque no se haya superado toda la materia. Hay que cargar siempre un pocos las pilas fuese como fuese.