El concejal de Mobilidade de Moaña, Ezequiel Fernández, manifiesta que en estos últimos días se llevó a cabo un plan de señalización vertical, a través del cual se instalaron casi un centenar de señales y espejos para mejorar la seguridad vial en el municipio. Las señales se instalaron a petición de los vecinos, tanto a título individual como colectivo desde las asociaciones vecinales, y después de ser valoradas por la Policía Local, así como otras colocadas de oficio, tanto por los agentes como por el propio edil.

Aparte de la señalización vertical se instalaron seis reductores de velocidad, a petición de vecinos en lugares en los que se daban situaciones de inseguridad por la velocidad de los conductores. Dos se ubicaron en O Pedroso, en el vial que comunica la PO-313 en Sabaceda hasta el barrio de O Real y que tiene un tráfico excesivo para sus características. También se colocó en el cruce de Lago de Abelendo con el Camiño Vello, en donde se habían detectado velocidades excesivas; en el Camiño de Prado das Barxas, un vial que comunica la Praza do Emigrante con la travesía de Ramón Cabanillas y en donde ya han aparecido vehículos rascados y con los espejos rotos por el paso de otros.

En la parroquia de Domaio se instalaron dos reductores de velocidad en la zona de Os Currás, en Palmás. En el Consello Vecinal de esta parroquia los vecinos habían solicitado medidas para las proximidades de una parada en donde el alumnado espera el autobús escolar y a ciertas horas pasan los vehículos a gran velocidad procedentes de la zona industrial de A Borna con dirección a Marín, a través del corredor do Morrazo.

Ezequiel Fernández también señala que esta semana se empezaron a instalar barreras de seguridad en varios puntos, que se rematarán en estos meses. Con respecto a los pasos de peatones, la previsión del concejal es dejar pintados en mayo los de la zona de Samertolaméu, que están en muy mal estado, además de la parada de taxis de la plaza de abastos.