La aldea de Donón, epicentro de la Costa da Vela, se está convirtiendo en un santuario de peregrinación turística y en una "ratonera" para vecinos y foráneos cuando llega el buen tiempo o períodos vacacionales como la Semana Santa. Es el término que emplea una de las centenares de personas atrapadas estos días por la llegada masiva de visitantes, la gran mayoría en coche, y la incapacidad de ese espacio natural para darle cobijo. La situación deriva en un "colapso total", según coinciden en señalar los propios afectados y la Policía Local, desbordada para atender un problema que, además, es competencia de la Policía Autonómica y de la Guardia Civil, aunque Concello y vecinos echan en falta a sus agentes en las fechas más concurridas.

Los agentes municipales recibieron en las jornadas festivas múltiples llamadas por el "caos" circulatorio, que llegó a bloquear los viales interiores y los medios disponibles. Por momentos la situación se volvió "incontrolable" y la paciencia fue la única opción para salir del enjambre, particularmente en el cruce de entrada a la aldea, pero también en el resto del entorno, incluidos el aparcamiento habilitado en las proximidades de la playa de Melide y en los "consentidos" en las inmediaciones del núcleo habitado. La Policía tuvo que cambiar ayer de estrategia y eliminar el doble sentido de circulación en los puntos más problemáticos, vallando unos tramos y colocando señales provisionales de prohibición en otros. "Fan falta solucións estructurais", dicen los afectados, que piden actuar con previsión "para que o problema non se desmadre".

La situación se debate sobre el terreno y en el ruedo político. "O acontecido en Donón é unha falta de responsabilidade da Xunta", arremete el alcalde, Xosé Manuel Pazos, que repara en la competencia autonómica sobre ese espacio "por ser Rede Natura" y estar regulado por las consellerías de Medio Ambiente y Urbanismo y condicionado por el Plan de Ordenación do Litoral (POL). Le achaca la falta de aparcamientos e infraestructuras "que eviten o colapso" que se está viviendo, y en particular el reciente rechazo a habilitar un espacio en terrenos próximos a la Caracola, promovido por los propios vecinos y que el Concello ayudó a gestionar. Un "despropósito maior", que atribuye "máis a razóns políticas que técnicas", pues existen otros aparcamientos en el entorno. Pazos también avisa que, de producirse una emergencia, "sería imposible mobilizar servizos con garantía de accesibilidade". Mientras el problema genera "conflictos e trastornos", concluye el regidor, conselleiros y representantes del PP se "pasean" por el entorno sin tomar medidas.

Las aglomeraciones de personas y vehículos en Donón son previsibles porque en esa zona confluyen importantes valores naturales, paisajísticos y culturales. El santuario del Monte do Facho, la playa de Melide, Cabo Home o la panorámica sobre las Illas Cíes son solo algunos ejemplos de este destino turístico de primer orden que atrae a visitantes todo el año, aunque esa dinámica se acentúa con el buen tiempo. Y las infraestructuras no están adaptadas a ello. "Para bien o para mal", matiza uno de los residentes, que rechaza que se invierta "en favorecer esa masificación", aunque exige "dotaciones dignas".

El alcalde y los responsables de emergencias municipales advierten que "en calquera momento pode producirse un accidente grave" e instan a Medio Ambiente y Urbanismo de la Xunta "a tomar medidas consensuadas co Concello e os veciños" , a los que Pazos ya ha citado para mañana con el objetivo de "buscar solucións". Mientras, demanda a la Policía Autonómica que "asuma as súas competencias na zona" y aliviar la sobrecarga que afronta la Policía Local.