Nuevos ataques de jabalíes

Dueños de viñedos de Donón piden una batida de perros para echar al monte a las numerosas piaras

Los afectados temen por su producción ante los continuos asaltos nocturnos de los animales en sus fincas

Viñedos de Donón donde se pueden apreciar los agujeros que realizaron los jabalíes. // S.V.

Viñedos de Donón donde se pueden apreciar los agujeros que realizaron los jabalíes. // S.V.

Cangas

Los jabalíes asaltan los viñedos de Donón. Llevan un mes hurgando la tierra para desesperación de los vecinos, que ven cómo su producto más cotizado: la uva que nace entre la arena del mar, corre verdadero peligro. Durante las noches los animales salvajes se pasean por el pueblo y entran en las fincas, sin temor a las escopetas de los dueños que se despiertan quejosos por el daño perpetrado.

Dejan las viñas viejas sin tierra y rompen los brotes en un despliegue que pareciera organizado por el mejor de los generales de Napoleón. Al amanecer hay huellas de jabalíes por todos los viñedos de Donón, los grandes y los pequeños. Pero también hay escaramuzas en fincas dedicadas a otro tipo de cultivos. Por desgracia, los dueños de los viñedos no tienen sistemas artesanales ni modernos para hacer huir a los jabalíes, que se orientan más por el oído y por el olfato que por la vista.

Aseguran los vecinos que siempre hubo jabalíes en la zona, pero nunca tanto como este año. Ni el más viejo del lugar recuerda ataques tan diarios como los que ahora se perpetran. "Este ano es exagerado. Ayer a las 19.30 horas fueron vistos nueve jabalíes". Fueron vistas varias piaras de jabalíes rondando las casas del pueblo y ahora Donón está ya en estado de alerta, lo que ocurre es que la defensa no depende de los propios vecinos, sino de la administración. Los dueños de los viñedos saben que ahora no se puede ir con escopetas a matar jabalíes, que las batidas en este tiempo de cría no están permitidas, por eso piden que se autoricen batidas con perros para trasladar a los jabalíes -quien los vio asegura que son de gran tamaño- al monte. Es algo que oficialmente nunca se probó, pero que los vecinos saben que es un método que funciona. "Hai que sacalos de donde durmen, alonxalos das casas cara o monte veciñal. Agora mesmo é a única forma de frenar esta desfeita", señala uno de los vecinos afectados que teme que cuando llegue el verano las viñas se encuentren sin tierra, de tanto como trabajó el jabalí.

Los dueños de los viñedos de Donón (este lugar de O Hío se encuentra dentro de Red Natura) pusieron en conocimiento de los agentes de Medio Ambiente los ataques de los jabalíes. La respuesta fue que había que llamar a la Xunta de Galicia con el propósito de enviar gente especializada.

Lo que no hay es miedo a encontrarse con el animal cara a cara. Ni las últimas noticias de Covelo que hablan de personas heridas por los jabalíes merman su coraje. Para nada están amedrentados, de hecho hay quien los espera para hacerlos huir de los campos con la amenaza tan solo de sus gritos y una vara. Sí que hay miedo a perder la cosecha de la uva. Los propietarios de las fincas afectadas por los ataques no saben decir a día de hoy la cuantía de los daños. La burocracia que supone la denuncia de los daños es la que retrae a los vecinos de solicitar indemnizaciones. Primero hay que poner los daños en conocimiento del Servicio de Medio Ambiente en Pontevedra, luego los agentes emplazan al afectado para visitar la zona y realizan una inspección ocular de la que levantan acta. Una vez elaborada la reenvían de nuevo para que el afectado dé la conformidad y posteriormente le citan para que acuda a Pontevedra a presentar la documentación de la finca con los títulos de propiedad. Es una tramitación demasiado engorrosa.

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