Sobran ejemplos de la trascendencia de As Pirilleiras y del carácter de Silvino Dopazo, como sus actuaciones en la TVG o en la Festa do Cocido de Lalín. La comparsa se hizo asidua de la cita gastronómica lalinense y allí protagonizaron una sonada anécdota. La murga y sus familiares comían en un salón del restaurante al que solían acudir. De repente se enteraron de que en otra estancia estaba Manuel Fraga y parte de su equipo. O Cimarrón, republicano y socialista hasta la médula, no se lo pensó ni un momento. As Pirilleiras interrumpieron su comida y se fueron al salón en el que estaba Fraga a cantarle sus letras cargadas de crítica, ironía y humor mientras el resto de la familia repartía las letrillas y pedía los habituales donativos. "Fraga demostrou ter encaixe e saber estar. Cando acabaron de cantar deulle 10.000 pesetas da época", recuerda José Castro.

O Cimarrón también dejó muestras de su personalidad en otra ocasión, cuando las comparsas, a pesar de la llegada del sistema democrático, aún debían entregar una copia de sus letras en el Concello para que fuesen autorizadas. "Nunha ocasión se lles requeriu a Os Mulos que cambiasen unha letra e como se negaron a facelo o Concello deixounos sen subvención. As Pirilleiras si que tiñan aprobada a súa axuda e cando Silvino se enterou decidiu devolvela como mostra de solidariedade cos Mulos", cuenta su nieto.

Historias y anécdotas como esta se recordaron ayer en el acto posterior a la inauguración de la exposición en Banda do Río. Fue una charla en el Centro Social do Mar con el investigador Arturo Sánchez Cidrás y antiguos miembros de Xarangallo Mangallo, entre otros. "A familia Cimarrón está moi repartida, pero todos estamos a facer o posible por estar este ano en Bueu os máximos días na súa homenaxe", cuenta José Castro. El nieto e integrante de Vou nun Bou también tiene un agradecimiento especial hacia la Comisión do Entroido y hacia la concejala Silvia Carballo, que "se implicou nesta homenaxe e en revitalizar o carnaval de Bueu".