Las toxinas por fin se han retirado de las aguas de Bueu y sus tres polígonos mejilloneros se encuentran abiertos. El parque bateeiro Bueu A1 llevaba cerrado desde mediados del mes de octubre y era el único que permanecía en esta situación no solo en la ría de Pontevedra, sino en toda Galicia. La apertura se produce a las puertas de Navidad y cuando el sector lleva varias semanas inmerso en la campaña navideña, que a estas fechas se orienta especialmente a la venta para consumo en fresco.

El polígono Bueu A1 es una de las dos zonas de producción que se ubican entre Agrelo y Lapamán, que en conjunto suman unos 120 viveros flotantes. A ellos hay que unir las cerca de 30 bateas que hay en el otro sector en aguas de Bueu, el Bueu B, situado en Beluso. La ría de Pontevedra suele ser la primera en notar los efectos de los episodios de toxina y la última en liberarse de sus consecuencias, lo que se traduce en que las bateas de Bueu son las primeras en cerrar y las últimas en abrir. Este año la toxina ha vuelto a dejar cierta tregua a los bateeiros, que pudieron trabajar durante buena parte del verano y se mantuvieron abiertos hasta mediados de octubre.

El cierre asociado al inicio del otoño no ha sido especialmente largo. Los polígonos Bueu B y Bueu A2 pudieron abrir durante el mes de noviembre. El único que se resistía era el Bueu A1, que estuvo a punto de abrir antes del puente de la Constitución. En aquel entonces la segunda de las analíticas, la que se hace por alturas, resultó desfavorable. A finales de la pasada semana un nuevo muestreo volvió a dar negativo en toxina, una analítica que se conformó el martes.