La Junta de Compensación del complejo residencial de viviendas Golf Domaio -cuya construcción se inició a mediados de los 90 y lleva años paralizada- se encuentra sin margen de maniobra para intentar desbloquear los trabajos de dotación de servicios para poder retomar las construcciones de casas. Todo ello debido a la sentencia judicial que obligaría a los parcelistas a afrontar una nueva derrama para abonar hasta 3,1 millones de euros a la inmobiliaria Mirón y Agarvi, que en su día dejó las obras a medio realizar por sus problemas económicos. El juez estimó que se le debía dicho dinero por los trabajos realizados antes de abandonar las obras. Con la junta, parada medio centenar de parcelistas, de los más de 300, acudieron a la llamada de una reunión la tarde-noche del jueves en la sede social del Club de Golf Ría de Vigo.

Allí los convocantes pusieron sobre la mesa la necesidad de crear un nuevo órgano para poder desbloquear la situación, planteando como mejor solución la creación de una Agrupación de Interés Económico (AIE) que tenga como principal objetivo buscar inversores de fuera de Galicia que permita captar fondos y retomar un complejo sobre cuyo proyecto contemplaba 462 viviendas.

La reunión de este jueves concluyó sin ningún acuerdo y con una gran diversidad de opiniones entre los propietarios de parcelas reunidos. La mayoría de ellos están agotados de los problemas de un complejo urbanístico cuyo intento de construcción se prolonga ya desde hace tres décadas. No verían con malos ojos la venta de sus propiedades en la zona, pero esto se antoja difícil en la actual situación de parálisis.

La creación de la Agrupación de Interés Económico tiene como objetivo principal la captación de inversores de fuera de Galicia para poder retomar los trabajos de dotación de servicios y urbanización de las calles, previos a obtener los permisos de obra por parte del Concello. Este era el trabajo que estaba realizando poco a poco la Junta de Compensación que está en estos momentos atada "porque no puede ir ni hacia adelante ni hacia atrás", explicaron los asistentes a la cita.

El acuerdo al que se llegó fue otorgar un plazo de medio mes, hasta final de septiembre, para que los parcelistas se posicionen a través de la página web sobre la creación o no de la Agrupación de Interés Económico, "porque no tiene sentido crearla sin que la integren la mayoría de los afectados".

Una vez conocida la acogida se decidirá si se sigue esta nueva vía o si se abandona definitivamente a la espera de nuevas soluciones.

Desde la Junta de Compensación entendían, al conocerse la sentencia, que una salida podría ser alcanzar un acuerdo con los herederos de la empresa Mirón y Agarvi. De todas formas, los parcelistas se niegan en redondo a abonar más dinero por unas obras que dejaron paralizada la construcción del complejo.

La propuesta de derrama que rechazaron incluía hacer frente a pagos de 8.838 euros por cada parcela de la Zona A (que tendría que acoger 171 viviendas unifamiliares) y 4.419 euros por cada parcela de la Zona B (en la que se proyectaron, en su día, 191 chalés adosados).

El resto del dinero al que obliga la sentencia judicial se completaría con 441.953 euros por la zona del hotel y dos partidas de 351.000 y de 2.300 euros por las zonas que tendrían bloques de apartamentos.

El contrato con Mirón y Agarvi fue rescindido en el año 2007. Los parcelistas, a través de la Junta de Compensación, habían logrado retomar los trabajos de dotación de servicios e incluso ganar casos judiciales a los propietarios que se negaban a pagar su parte correspondiente para estas obras previas. Incluso alcanzaron acuerdos con la Comunidade de Montes de Domaio para poder construir los viales internos del complejo.

A la espera de una decisión sobre la creación de una nueva plataforma, los propietarios esperan "un golpe de suerte" en un proyecto que parece gafado.