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El organista de Cangas y su pareja califican de "injusticia" que se les haya apartado de Fátima

David González Avilés asegura que el párroco no admite la relación al estar separados y le acusa de intromisión en la vida privada

Una actividad de Fátima en la excolegiata de Cangas. // G.N.

El organista de la excolegiata de Cangas, David González Avilés, y su actual pareja Ángela Sueiro, quieran salir al paso del conflicto generado en la iglesia después de que el párroco y movido por la presión de la comisión parroquial, según su versión, le apartara del cuidado de la Virgen de Fátima, que dirige desde hace 26 años, debido a su relación sentimental por estar separados y sin nulidad matrimonial. Aseguran que quieren decir la verdad frente a "las mentiras" del grupo de personas que defienden al párroco, Severo Lobato, y porque entienden que están viviendo "un infierno", que la situación "es injusta y de intromisión de la vida privada".

Ayer mismo la agrupación musical Mornura -la dirige el padre de Avilés- salía públicamente en apoyo a la pareja comunicando que dejaban de actuar en los actos religiosos de la cofradías y de la parroquia y abandonaban el local de ensayos en el centro parroquial.

Asegura González Avilés que los dos están separados y que decidieron tener una relación. Que a finales de febrero, el párroco le llamó a una reunión y le pidió que tenía que reconducir la situación. Avilés le dejó claro que no iba a dejar a su pareja y el párroco le dijo que no contaba con él para la labores en la iglesia, aunque también señaló que no le iba a dejar sin su trabajo de organista y que si le llamaban las funerarias podría seguir tocando.

Señala Avilés que a los dos días le volvió a llamar a otra reunión en la que estaban dos personas de la comisión parroquial que intentaron decirle que el párroco no le había echado como organista. Lo cierto, dice Avilés, es que él no quería que tocara las misas solemnes como siempre hizo los sábados y domingos, de forma gratuita, "porque siempre le ayudé en todo. Por eso me fastidia que haya venido con esta intromisión en la vida privada" y adoptara una decisiones que califica de "injusticia".

En esa reunión, añade Avilés, parecía que todo había quedado arreglado, pero se tocó el tema de que tenía que dejar el cuidado de la Virgen de Fátima, que realiza con un grupo de cinco personas, entre los que están los padres de su pareja y otro matrimonio más. Asegura que en ese momento él no dijo nada y aceptaba no llevar Fátima, pero al cabo de dos días, añade, le volvió a llamar el párroco para decirle que todo quedaba igual. La situación cambió cuando una semana después se reunieron para concretar cuestiones de Semana Santa y Avilés le dijo que el grupo de Fátima iba a seguir. Asegura que el párroco le empezó a dar largas para los actos de Fátima, que precisamente hoy sale en procesión organizada por otras personas.

El conflcito estalló plenamente cuando el Domingo de Ramos, Avilés tocó en la iglesia y subióa su pareja al coro. El párroco le llamó para decirle que allí no podía subir nadie. Fue cuando Avilés saltó y le dijo que ni subía ella ni él. Desde entonces dejó de tocar el órgano en los actos religiosos y tampoco tuvo una respuesta del parroquia.

Admite que no fue en Semana Santa a tocar, pero nadie de la Coordinadora de Cofradías le llamó para preguntarle qué había pasado hasta una semana después. Entonces fue cuando les explicó lo sucedido, que consideraba que era una injusticia y les pidió que mediaran con el párroco. Mientras tanto, el párroco le mandó un whatsApp para que tocara el órgano en un funeral y fue. Tiene constancia de que las cofradías religiosas se reunieron con el párroco pero él les dijo que estaba todo arreglado. Avilés se sintió molesto con las cofradías porque después de esa reunión, ninguna se movió a su favor "a pesar de que llevo 26 años tocando, dándolo todo" y le ofendió que se mantuvieran al margen: "No tenemos nada en contra de la cofradías, pero quería que mediaran"

En un intento de solucionar la situación, asegura que el párroco llamó a los padres de su pareja para decirles que podían seguir en Fátima, peor no David "porque no rectificó el error que cometió" ni el otro matrimonio. Ellos les dijeron que si no estaba David ellos tampoco. Tanto Avilés como Ángela Sueiro aseguran que ellos no han hecho nada malo, que es vergonzoso, que están viviendo un infierno y que la gente tiene derecho a saber la verdad "porque un cura no debe de ser juez de nadie", asegura la mujer. Aspiran a que la situación vuelva a cómo estaba hace un año.

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