Tras un largo proceso de más de ocho años movido en 2010 por el clamor popular para que se desdoblara el Corredor do Morrazo después de que en tan solo cuatro meses, murieran aquel año 8 personas en una oleada de accidentes de tráfico, hoy llega el día. Los dos primeros tramos de la nueva Autovía do Morrazo en Moaña, técnicamente denominada AG-46 y con cuatro carriles, entran en servicio a partir de las 13:00 horas con los plazos de cierre cumplidos por la conselleira de Infraestructuras, Ethel Vázquez, y con el último tramo todavía en obras pero conforme al calendario marcado para esta primera fase del desdoblamiento. Abren hoy los dos primeros tramos de 7,3 kilómetros de autovía entre el inicio en la rotonda de Domaio y el enlace de Meira, en donde comienza el tercer tramo y la carretera vuelve a estrecharse pasando a la condición de corredor con dos carriles y un desvío alternativo en una recta de desmonte.

En la construcción de estos dos primeros tramos, en los que se desdoblaron el túnel de Montealegre y los viaductos de A Moura y da Mó y se construyó uno nuevo sobre la rotonda de Domaio para aceder a la autopista AP-9, la Xunta invirtió 34 millones de euros de fondos propios. Las obras fueron realizadas por las empresas Copasa y Dragados, con plazos de ejecución de 24 y 18 meses, respectivamente.

La autovía, que tiene un límite de velocidad de 120 kilómetros/hora, estará operativa para los conductores después del acto de inauguración, a las 10:30 horas en el entorno de Domaio con la presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el vicepresidente, Alfonso Rueda; y la conselleira Ethel Vázquez. Bajo el mandato de la política compostelana la ejecución de la obra se hizo realidad. Era presidenta de la Sociedad Pública de Inversiones de Galicia en 2011 y un año después directora de la Axencia Galega de Infraestructuras cuando su antecesor al frente de la consellería, Agustín Hernández, intentaba sacar adelante un concurso para desdoblar los 14 kilómetros del corredor, entre Domaio y el alto da Portela, en Cangas, mediante la fórmula de concesión de obra pública a una empresa privada. El concurso incluía la construcción de la autovía y explotación de la misma durante un período de 25 años dentro de un mismo paquete que contemplaba también el mantenimiento de la red autonómica de carreteras en O Morrazo.

Pero aquel concurso, al que se presentó una empresa, fue declarado finalmente desierto, en diciembre de 2011, por la Xunta, que había autorizado en febrero un gasto de 364.660.316 euros para la obra. Argumentaba que la propuesta planteada por la empresa no se ajustaba al proyecto de licitación. La crisis económica estranguló también esta operación. Las críticas y la presión social para que la obra se hiciera fueron en aumento en los concellos de O Morrazo, sobre todo por parte de las familias que perdieron a seres queridos en esta carretera que tenía aspecto de autopista pero que provocaba mortales colisiones frontales. Desde su apertura a finales de 2005 y hasta 2016, el corredor se cobró la vida de 13 personas y en 2010, cuando se sucedieron las ocho víctimas mortales en solo cuatro meses, se creó una plataforma de afectados para reclamar el desdoblamiento y mejorar su seguridad.

Mientras la obra no llegaba y en la recta final del mandato de Agustín Hernández, lo que hizo Infraestructuras fue acometer una serie de medidas de seguridad como la división de los carriles mediante pivotes y establecer recomendaciones de velocidad a 90 kilómetros por hora.

Seis meses después de que el primer concurso quedara desierto, en julio de 2012, el conselleiro Hernández presentaba en Cangas un nuevo plan viario para la península de O Morrazo que contemplaba otro proyecto de desdoblamiento del corredor centrado solo en los 11 primeros kilómetros de la carretra. Era un proyecto menos ambicioso pero más realista, como defendía la consellería.

Ethel Vázquez ya trabajaba en el desarrollo de la nueva vía como directora de la Axencia Galega de Infraestructuras y la sacó adelante ya como conselleira del ramo.

En octubre de 2015 se ponía la primera piedra de las obras del primer subtramo del corredor, entre la rotonda de Domaio y el enlace de San Lorenzo, con un plazo de ejecución de 24 meses. En junio de 2016 comenzaban las del segundo subtramo, entre los enlaces de San Lorenzo y de Meira y en agosto de 2017 arrancaban el tercer subtramo, que sigue en plazo de ejecución hasta 2019.

La previsión que manejaba la Xunta era que las obras se realizaran sin necesidad de cortar el tráfico en el corredor, salvo en casos puntuales cuando hicieran falta voladuras. Y así comenzaron, hasta que las voladuras empezaron a dar problemas por la inestabilidad de los desmontes y, por motivos de seguridad, se optó por comenzar con cierres, al principio temporales y después más prolongados hasta que llegó el cierre definitivo en noviembre de 2017 y hasta hoy,. Fue debido a una modificación del proyecto, consensuada con los concellos de Cangas, Moaña y Bueu, para que el desdoblamiento del túnel de Montealegre no afectara al castro en su superficie. El proyecto inicial contemplaba la construcción de un túnel gemelo, a menor nivel que el existente, en la ladera hacia el mar, pero que afectaba al recinto del castro. Esta situación provocó una movilización vecinal, la creación de una plataforma para salvar el castro y la reacción de la Xunta que modificó el proyecto pero con el coste de tener que cerrar el corredor estos últimos siete meses. Moaña ha sido el municipio más perjudicado por este cierre con un aumento del tráfico en su carretera convencional PO-551 y de accidentes mortales.

Precisamente, la alcaldesa de Moaña, Leticia Santos insistía ayer en que el gobierno bipartito local (BNG-PSOE) no acudirá a la inauguración de hoy por la negativa de la Axencia Galega de Infraestructuras (AXI) a resolver dos reposiciones de obra afectadas por los trabajos de la autovía: "O mércores estivemos en contacto con eles e nos ratificaron a súa postura de non volver tratar estas cuestións, polo que non nos deixan alternativa, nós temos que defender que as demandas da nosa veciñanza sexan atendidas porque ademais é de xustiza: tanto a mellora da recollida de augas pluviais na zona da Fonte da Tella en Meira(que provoca que se aneguen varias propiedades privadas, pola falta de capacidade do cauce natural para asumir tal volume de auga), coma os desperfectos na estrada A Cerradiña- San Lourenzo en Domaio (tendo recoñecido que utilizaron o vial os camións das obras durante 4 meses); non queren resolver estes temas nin sentarse a traballar para tratar de facelo. Se a súa vontade fose a de traballar conxuntamente na súa resolución, o goberno de Moaña participaría da inauguración".

Aunque agradece a la consellería que se hayan cumplido los plazos pactados pra el cierre del corredor y que se haya podido salvar al castro de Montealagre, recuerda que sigue pendiente su puesta en valor, tal y como se pidió en la moción planteada por los cinco concellos de O Morrazo y en la Diputación.