La Danza de Aldán no para la lluvia

Cientos de vecinos se congregaron en el atrio de la iglesia a presenciar este rito ancestral

La Danza de Aldán no para la lluvia

Santos Álvarez

El insistente orballo que cala el cuerpo cual asesino silencioso a punto estuvo de impedir que la ancestral Danza de Aldán se bailara en el atrio de la iglesia. Solo lo hizo posible el arranque del párroco Juan Pego, que aunque no obra milagros, sí tiene capacidad para convencer. De otra forma, la Danza se tendría que bailar en el interior de la iglesia, como ya en alguna ocasión sucedió.

Salió San Sebastián a hombros del templo y después lo hizo la Virgen del Carmen. Ninguna de sus intercesiones pudieron parar la lluvia, pero sí hicieron posible que la Danza brillara en el atrio.La fina e insistente lluvia del orballo tiene mucho que ver con el ritmo de la primera parte de la Danza. Es lento y repetitivo, un círculo vicioso adornado por los sombreros floreados de las damas y por ese empaque que dan los años, los cientos de años.

La Danza de Aldán es un ejercicio agotador para las damas y para los galanes, tal vez más para ellas que tienen que aguantar el peso nada despreciable de los sombreros que adornan sus cabezas. Ayer fueron 50 minutos de baile bajo la incesante lluvia que es cierto que no amilanó a los danzantes ni tampoco a un público de Aldán entregado con este rito que se baila en honor a San Sebastian.

Este año fue más fácil llegar a Aldán por San Sebastián. La festividad coincidía en sábado y no había que solicitar permiso en la empresa para cogerse el día libre, bien para participar en la Danza, bien para disfrutarla desde fuera. Sin olvidar que es día de comida familiar, donde los estómagos que se habían dado un descanso tras la Navidad volvieron a tener que trabajar de lo lindo para digerir esas pantagruélicas comidas de fiesta parroquial. Los nativos de Aldán que viven fuera regresan por San Sebastián como las golondrinas por primavera. Pocas cosas hay más importantes para un lugareño que volver a su tierra por San Sebastián.

A pesar de la lluvia, el atrio de la iglesia de Adlán estaba concurrido para presenciar la ancestral danza y solo el tejado que conformaban los numerosos paraguas abiertos impedían presenciar bien el espectáculo ancestral. Allí mismo tenían tiempo para ver la Danza y para quedar a tomar café después de comer, para abrazarse los que hace mucho tiempo que no se "miraban", que no todo es música de gaita y baile por San Sebastian.

El ritmo de la música crece en la segunda parte del baile, donde la muiñeira se impone con ese punta-tacón más desaforado y las castañuelas ya más libres en las manos de los danzantes. Ya duelen los pies y los gemelos empiezan a resentirse desuésde 40 minutos bailando. Se nota el sudor en los rostros de los galanes y en las damas la base de maquillaje empieza su fase más peligrosa. Pero es también el momento más divertido. Es como si la muiñeira dopara a los componentes: 10 galanes, cino damas y el guía. Los brazos de alzan y los pasos son más alegres.

La Danza se divide en corros, donde las damas bailan solas hasta que llega el guía y a danzar en el inteiror del coro que habían formado. Poco después, la gaita cesa y el ritmo vuelve a trocar. Es el momento de danzar hacia atrás abriendo paso para que los santos y la procesión que los acompañan vuelvan a la iglesia de Aldán. Tarea nada fácil, aunque lo parezca, y más si llueve.

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