Entregada a los suyos, María Chapela llegará a cumplir el siglo de vida gracias a su tesón y la manera de afrontar la vida, siempre muy trabajadora, entretenida con sus labores y sensata. El problema con la vista le ha llevado a estar ahora más recluida en casa, pero con 92 años se rompió uan cadera y resistió la operación de la que se recuperó.Muchos la recuerdan por sus trajes de fiesta, bien confeccionados, pero también por los del carnaval para los niños del colegio o los regionales para los pequeños del grupo Solaina.