La incorporación de los alfombristas de Bueu a las celebraciones en honor a la Virgen del Carmen ha servido para dar un nuevo impulso y una mayor visibilidad a las celebraciones en honor a la patrona de los marineros. La lonja buenense estaba ayer abarrotada para una misa de campaña -cantada por la Coral Maruxía- que reunió a más de 700 personas, entre las que estaban representantes de la corporación municipal y el patrón mayor de la cofradía de pescadores.

Mientras, muchos vecinos y visitantes acudieron durante todo el día a contemplar las obras de arte efímero realizadas por los alfombristas llegados desde Galicia, Asturias, Cataluña y Sicilia. La delegación de Ponteareas elaboró un diseño con una rosa de los vientos; la de Rianxo una embarcación tradicional con el lema "Do mar vivimos"; los alfombristas italianos representaron a una mujer cuyos cabellos se convierten en olas y con un texto que decía "El mar no es de ningún país, es de aquellos que lo saben escuchar"; desde Cangas representaron una escena de los marineros del "xeito"; el tapiz de Castropol se titulaba "El mar en el corazón" y reproducía a una sirena; y los alfombristas buenenses optaron por reflejar "un milagro en el mar" con la Virgen del Carmen. La última de las alfombras, situada justo antes del embarque, era la confeccionada por los "catifaires" catalanes, con una espectacular representación del Carmen de la Costa Brava.

Cuando la imagen de la Virgen salió de la lonja fue recibida con una lluvia de pétalos. La procesión marítima salió pasadas las siete y media de la tarde, después de que el grupo tradicional Retrouso interpretase un baile delante de la patrona de los marineros. La ruta marítima, en la que participaron más de medio centenar de embarcaciones, fue primero hacia Cabalo, donde se realizó la ofrenda en memoria de los fallecidos en el mar. La organización dio especial protagonismo al patrón buenense Jesús Barros, que precisamente hace una semana logró salvarse de un naufragio delante de Udra nadando hasta la costa. Luego la procesión se dirigió hacia Lapamán, desde donde emprendió el regreso al puerto de Bueu.