A los apicultores de O Morrazo no les ha llegado con hacer frente a la plaga de la avispa velutina, que mata sus abejas, que ahora tienen que ponerse en guardia también con indiscriminadas fumigaciones en las márgenes de las carreteras que la Xunta está llevando a cabo con herbicidas sin preocuparse de los afectos que pueden tener, por ejemplo, en los colmenares más próximos. Ocurrió esta misma semana en la carretera PO-551, en las inmediaciones del campo de fútbol de San Amaro, en donde una empresa por encargo de la Xunta estaba fumigando pasadas las ocho de la mañana a menos de un kilómetros de un colmenar.

Este método de tener a ras la maleza está totalmente puesto en duda y algunos municipios se han declarado libres de este tipo de fumigaciones, aunque en Galicia sigue bastante generalizado, pese a que hay muchas voces en contra como la de la agrupación ecologista Adega. Desde esta agrupación alertan del uso masivo de glifosato en Galicia, un potente herbicida genérico, que la Unión Europea está a punto de prohibir y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado como "probablemente cancerígeno".

Los apicultores no entienden por qué se realiza este tipo de fumigación porque si es con el fin de evitar los incendios forestales, lo que consiguen es el efecto contrario. Señalan que manteniendo las márgenes con la hierba recién salida de un desbroce, se evitan incendios porque está verde y el fuego no prende, todo lo contrario que en la maleza seca que queda con herbicida.

Añaden que el uso de los herbicidas, junto con una serie de insecticidas, están actualmente pendientes de una decisión política en el Parlamento Europeo para su total prohibición. Manifiestan que hay informes tajantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de organismos de toxicología en toda Europa que muestran la terrible secuela de estos productos en el medio ambiente y el alto potencial cancerígeno en mamíferos y humanos. Recuerdan que todo lo que toca este producto queda contaminado y si llueve "ya sabemos donde acaba el agua, en la tierra y llega al mar".

Desde Adega siempre se insistió en que "estas malas práticas, ademáis de contribuir á contaminación química dos acuíferos e ao envelenamento do medio, son un factor engadido de risco de incendios pola cantidade de biomasa vexetal seca que se amorea. A práctica de evitar o crecemento da vexetación herbácea das cunetas mediante o uso masivo e indiscriminado de herbicidas, comporta máis efeitos negativos que positivos. Reclamamos o abandono destas práticas e a substitución por traballos de rozado mecánico, con recuperación da materia orgánica para a fabricación de compost".